miércoles, 30 de abril de 2008

Solo (cuento)


SOLO

Por fin es la hora de cerrar. Ya tenía ganas. La verdad es que hoy no me he encontrado muy bien y tengo ganas de llegar a casa para tumbarme un rato a descansar. Menos mal que mañana es sábado. Enseguida recojo todo y cierro la oficina.
¡Qué raro! Son ya las siete y no ha subido el portero para avisar de que se cierra el edificio. Bueno. Se habrá retrasado.
¡Vaya! Ahora no funciona el ascensor. Con lo cansado que estoy no me apetece nada bajar ocho pisos andando. ¡Qué extraño que no haya nadie! Lo normal a estas horas es que los pasillos estén llenos de gente y he llegado al portal sin cruzarme con nadie. Es más. Ni siquiera se oye un solo ruido.
Son las siete en punto y no hay nadie en la calle. No puede ser que tenga el reloj parado, le cambié la pila anteayer y me lo revisaron como siempre suelen hacerme al cambiar la pila. Además, aunque lo tuviese algo atrasado, hoy es viernes y todavía luce el sol. Debería de haber gente en la calle paseando.
¡¿Y los coches?! ¡Están todos parados en medio de la calle y vacíos! Esto sí que es extraño. ¡No hay nadie en la calle! ¿Os lo podéis creer? Incluso huele raro, como a... aséptico. Eso es. Un aire aséptico. Como en un hospital. Como si no hubiera microbios ni polvo en el aire.
Está todo vacío. Las tiendas vacías pero abiertas, los coches en mitad de la calle, como si los hubiesen abandonado todos repentinamente. Pero, es curioso, todos tienen las puertas cerradas. Si la gente hubiese tenido que salir corriendo no se hubiesen molestado en cerrar las puertas. Vamos. Digo yo.
Algo ha tenido que ocurrir mientras yo estaba en el despacho. Tengo que pensar con calma, no debo ponerme nervioso.
¿Qué ha podido ocurrir para que todo el mundo haya tenido que abandonar la ciudad repentinamente? Tengo que pensar con lógica. Hay dos posibilidades: A.- que se hayan marchado voluntariamente; o B.- que les hayan obligado a irse.
En el caso de que se hayan ido motu proprio, ¿por qué habrá sido? Pensar, tengo que pensar. Tiene que ser algo muy importante. Ha podido haber un escape de alguna sustancia muy tóxica en alguna fábrica. No. Si hubiese sido así la gente se hubiera ido en sus coches. No los dejarían en medio de la calle, con las llaves puestas. Y además está lo de las puertas cerradas. ¿Por un lado tienes que abandonar tu coche tan urgentemente como para dejarlo en medio de la calle y luego pierdes el tiempo en cerrar las puertas pero dejas las llaves puestas? No encaja.
También ha podido ser que se haya recibido algún aviso de ataque por parte de... de... No, no. No podemos ser atacados por ninguna otra nación. No en estos momentos de paz y estabilidad política. ¡Un accidente aéreo! Eso sí ha podido ocurrir. O, incluso, un aviso de caída de un satélite artificial o un meteorito gigante. ¡Eso es! Han avisado que en breve caerá un satélite y han decidido evacuar la ciudad.
No. No puede ser. Lo mismo que antes. Los coches.
Hay que descartar la opción A. Me centraré en la B. La gente ha sido obligada a irse de la ciudad y a abandonar todas sus cosas. Pero, ¿quién ha podido obligar a todo el mundo a la vez a dejar la ciudad? ¿Y cómo lo podría hacer?
¡Abducción! Como en la película que dieron el otro día en la tele. Todo el mundo a la vez ha podido ser abducido por extraterrestres. Yo nunca he creído en los platillos volantes, pero esta situación tampoco es muy normal, la verdad. Y eso sí explicaría lo de los coches en medio de la calle y con las puertas cerradas. Toda la gente ha podido ser transportada a otro lugar, o peor aún, desintegrada.
¡Un momento! Si yo me he librado estando en el despacho tiene que haber otras personas que estén en mi misma situación. Lo raro es que no me haya cruzado ya con nadie. Me acercaré hacia la plaza a ver si allí encuentro a alguien.
¡Los árboles! ¿Dónde están? ¡No hay árboles! ¡Ni hierba, ni siquiera tierra ni nada! Ni se oye ningún pájaro, ni se oye nada. Y el olor del aire... tan... aséptico, tan limpio, tan a... a nada, huele a nada. Sencillamente a nada.
Es como si no hubiese ningún rastro de vida en toda la ciudad.
Entonces lo de los marcianos no me sirve de explicación. No van a secuestrar a las plantas y hasta la tierra. Y sigo sin encontrar a ningún otro superviviente. ¡Superviviente! Eso es lo que soy. Ha ocurrido algo que ha aniquilado a toda forma de vida y hasta ha terminado con la materia orgánica de la tierra. Claro que en lugar de secuestrar a la gente han podido simplemente acabar con la vida en la Tierra con algún tipo de arma biológica que acaba con los animales y las plantas pero deja intactos los objetos.
No sé cómo me he librado, pero está claro que, por alguna extraña circunstancia, he quedado como la única forma de vida en toda la ciudad y Dios sabe si en todo el mundo.
El Sol debería estar a punto de ponerse y sin embargo sigue habiendo mucha luz. Y ya son las siete. ¿Cómo es posible? Todos los relojes marcan las siete. Y llevo más de dos horas por la ciudad desde que cerré el despacho. O eso creo, o creía. Ya no sé nada.
Debo pensar..., pensar con tranquilidad. Los relojes pueden estar todos estropeados por el mismo motivo que han desaparecido la gente, los árboles y los animales. Lo del Sol puede ser una falta de apreciación mía. Tal vez en lugar de dos horas sólo llevo quince minutos. Con todo lo que me está pasando no sería raro que hubiese perdido la noción del tiempo.
Bueno cogeré un coche y saldré de la ciudad a ver si esto es algo generalizado.
Mira por donde voy a poder conducir un coche de lujo. Siempre hay que ver la parte positiva de una situación negativa.
¿Por qué no se abre la puerta de este coche? Es igual cogeré ese otro.
¡Tampoco puedo mover la manilla! No funcionan ni los coches, ni los relojes, ni los ascensores, ni los semáforos. No funciona ningún aparato.
Iré caminando hacia el puerto y veré si por allí encuentro a algún otro superviviente.

...
Ahora sí que estoy seguro de que han tenido que pasar varias horas desde que empezó esta pesadilla, y sigue habiendo la misma luz y el Sol sigue en el mismo sitio. Debo de estar volviéndome loco.
No se ve a nadie por esta zona tampoco.
¡Vaya! Con el temporal que estaba anunciado y la mar está muy en calma. Bueno, la verdad es que está totalmente en calma. Nunca había visto el agua del mar tan lisa. Y ahora que me fijo, tampoco hay nada de viento. No se mueve nada. Ni siquiera chapotea el agua en la orilla. Es como si estuviese congelada. Como si fuera un espejo.
Es curioso ver los montes y los campos sin árboles, ni hierba. Sólo con piedras y la roca desnuda. No hay nada vivo sobre la Tierra. ¿Por qué sólo yo? ¿Por qué no hay nadie más en mi situación? Tenía que haber más gente en sitios como mi despacho que se hayan salvado de lo que haya ocurrido, sea lo que sea. Si es un milagro o algo divino no sé por qué he sido yo el elegido, si ni siquiera voy a misa desde hace años.
Es como si se hubiese detenido el tiempo. Ni siquiera tengo hambre. Menos mal, porque estoy seguro de que no hay nada para comer.
Todo está quieto. Ni siquiera se mueven las nubes, y el Sol sigue a la misma altura. Las sombras no se alargan. Y el silencio.

Tengo miedo.
Nunca me importó vivir solo, pero ahora me da pánico esta soledad. Es una soledad terrible. Nadie estuvo nunca tan solo como lo estoy yo ahora. Ni siquiera puedo contar el tiempo que llevo así. No avanza el tiempo. No hay nadie. No hay nada. ¿Qué es lo que me ha pasado? Debo estar volviéndome loco.
No puedo gritar. No entiendo por qué no. Aunque no haya nada vivo sí que debe haber partículas de polvo y alguna otra materia por la que se propague el sonido.
A no ser que... ¡Qué idea más aterradora me ha venido a la mente en este momento! A no ser que no haya tiempo. Por eso el Sol no se mueve y todo está tan quieto. El tiempo se ha debido de detener de alguna manera. Por eso no puedo gritar, ni arrancar un coche, ni chapotear en el agua. Cualquier acción tiene necesariamente una duración, por breve que ésta sea. Y si el tiempo está detenido, no es posible realizar ningún acto. No sé por qué, pero sólo transcurre el tiempo en mi mente, en mí mismo. No puedo hacer nada que afecte a algo ajeno a mi persona. Ni siquiera emitir un sonido que cree ondas en el aire. Es como si yo no estuviera físicamente presente. ¿Me habré vuelto como invisible? Quizás esté en una especie de mundo paralelo que sólo me afecta a mí. O ha ocurrido algún fenómeno físico extraño, como un choque de antimateria con la materia. Pero que yo sepa no se puede paralizar el tiempo. Lo más parecido es lo que puede ocurrir al viajar a la velocidad de la luz, entonces el tiempo se dilata y transcurre más despacio para un observador de fuera. Pero no se puede ir más rápido que la luz. ¡Es imposible!
Espera. Ahora que lo pienso, el otro día leí un artículo sobre unas partículas hipotéticas llamadas taquiones que podrían viajar más rápido que la luz. Pero según decían los autores, si existieran realmente estas partículas no podrían hacerlo en el espacio en el que vivimos, donde la velocidad de la luz es físicamente infranqueable. Los taquiones sólo se hallarían en otro plano y no podrían mezclarse con el nuestro. Pero, quizás, de alguna manera, yo me he desplazado a ese otro plano y estoy moviéndome a una velocidad superior a la de la luz y así el tiempo se detiene.
¿Cuánto durará esta pesadilla? Qué pregunta más tonta he hecho. Para mí durará una eternidad ya que el tiempo está detenido.
Quisiera poder hablar con los autores de la teoría de los taquiones para saber cómo volver a mi plano habitual, si es que se puede. No me apetece pasar toda la eternidad así. Tan solo. Sin que nada cambie en mi vida, o mejor en mi no-vida.
De todas formas no acabo de comprender bien por qué, si estoy en un mundo paralelo al nuestro al que he sido transportado no sé bien cómo, por qué, digo, están los coches, los edificios y todo el mobiliario y los objetos hechos por el hombre en este otro plano que, en teoría, no puede mezclarse con mi universo habitual.
A lo mejor sencillamente todo esto no es más que un sueño, una agobiante pesadilla que estoy teniendo y de la que pronto despertaré. Voy a esforzarme en salir de ella y acabar así con todo esto.
¡Vaya! Es la primera vez que me ocurre que no logro salir de un mal sueño al darme cuenta de que es una pesadilla y que no es real. ¿Será cierto lo de los taquiones? Espero que no o voy a volverme loco.
Aunque ahora que lo pienso, quizás he perdido el juicio y me estoy imaginando todo esto. Estoy loco. Debo de estar loco. Esto no puede ser más que el delirio de un demente.

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El sábado por la mañana, como todos los sábados, Pilar, la señora de la limpieza, entró en el despacho de D. Faustino para hacer la limpieza y se encontró con el cadáver del abogado sobre su mesa.
El médico dictaminó una parada cardiaca. Al parecer el ataque le sorprendió cuando estaba a punto de cerrar la oficina, hacia las siete de la tarde del viernes.
En su funeral uno de sus amigos comentó: “Para el pobre Faustino el fin del mundo ya ha llegado. Ojalá descanse en paz”. Y otro recordó aquel verso de Bécquer que sentenciaba: “¡Qué solos se quedan los muertos!”


F I N (¿O no?)

(c) 2003. Javier Sánchez-Beaskoetxea

lunes, 28 de abril de 2008

Ciclistas en miniatura


Al hilo del post sobre la Lieja, y buscando fotos para ilustrar la hazaña de Hinault bajo la nevada, fui a caer al blog en francés http://petitcycliste.sport.fr/.
Hace tiempo también caí por ahí no sé bien por qué.
La verdad es que merece la pena ver las fotos de las miniaturas que pinta este amigo francés y con las que recrea a los grandes campeones de todos los tiempos hasta en detalles muy curiosos, como este ejemplo que os pongo aquí de esa histórica victoria de Bernard Hinault.
No sé a vosotros pero a mí me gusta el ciclismo desde antes de ser consciente de que me gustaba, y un ejemplo que tengo en mi mente es que recuerdo tener un póster de Merckx en mi habitación antes de que empezara a andar en bici con asiduidad. Y un recuerdo aún más antiguo en mi cerebro es el de estar jugando con mis amigos del cole en un parterre de arena en el "Parque de los patos" de Bilbao haciendo carreras con canicas y con muñecos de ciclistas como los que aparecen en este blog, aunque sin personalizar.
¡Que recuerdos!
Y cada día me gusta más el ciclismo.

sábado, 26 de abril de 2008

Especial Clásicas VII: La Lieja Bastogne Lieja



Mañana toca la Lieja, y con ésta carrera, la más antigua del calendario, se acaba la temporada de grandes Clásicas de Primavera. Ahora tocan otro tipo de carreras y esperaremos a las Clásicas de Otoño.

Lieja – Bastogne – Lieja: la más antigua
La “Doyenne” (la Decana). Así se conoce a la Lieja Bastogne Lieja precisamente por ser la clásica más antigua del calendario ciclista. Su primera edición data de 1892, y fue organizada por la “Liege Cyclist Union”, que eligió Bastogne como punto para dar la vuelta porque allí había estación de tren, lo que era muy conveniente para los organizadores. Casualmente el “Liege Cyclist Union” era el club al que pertenecía el primer vencedor, Léon Houa, que ganó las dos primeras ediciones (cuando era una carrera para amateurs) y también la tercera edición, cuando ya se abrió a los profesionales.
La carrera belga atraviesa la parte central de las Ardenas belgas, una tierra plagada de repechos y cotas que hacen de las carreras que se disputan en esta zona un auténtico rompepiernas, donde los corredores que destacan deben ser fuertes, resistentes y muy hábiles para saber leer las carreras y situarse adecuadamente en las escapadas.
Contrariamente a lo que muchos piensan, la Lieja comienza en esta ciudad belga pero no termina allí, pues tras superar la última cota, la de San Nicolás, la línea de meta se encuentra en Ans, eso sí, muy cerca de Lieja. Como hemos comentado en referencia a la Flecha Valona, la subida al Stockeu también es uno de los puntos calientes de la Lieja, junto con la “Redoute” y otra serie de cotas. Un recorrido, por tanto, exigente y rompepiernas, como no podía ser de otra manera en una clásica así, y que atraviesa de norte a sur esta parte de Bélgica para regresar después trazando un ocho.
De nuevo Eddy Merckx ostenta el récord de victorias, pues en siete años, entre 1969 y 1975, ganó cinco ediciones de “la Decana” (1969, 71, 72, 73 y 75). Cerca del monstruo belga se quedó el gran corredor italiano Moreno Argentin, que la ganó en cuatro ediciones (1985, 86, 87 y 91). Otros grandes ciclistas que lograron poner la Lieja Bastogne Lieja en su palmarés fueron Ferdi Kubler, Josef Fuchs, Sean Kelly, Rolf Sorensen, Adri Van der Poel, Jacques Anquetil, Laurent Jalabert, o más recientemente Alexandre Vinokourov y Alejandro Valverde.
Jacques Anquetil, uno de los grandes, sembró la polémica tras vencer en la calurosa edición de 1966 y negarse a pasar el control antidoping. “Puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera. Esos controles atentan contra la dignidad del individuo”, les dijo a los médicos, y añadió: “Si quieren una muestra, que cojan agua de mi ducha”. Una multa y nada más. Otros tiempos.
El otro monstruo ciclista, al que es imposible evitar cuando escribimos de gestas de la historia ciclista, Bernard Hinault, ganó la Lieja en dos ocasiones (1977 y 1980), siendo segundo en 1979.
Como en otras grandes hazañas desarrolladas en estas tierras de las Ardenas, el mal tiempo, el frío y la nieve convirtieron la victoria de Hinault en 1980 en épica. La temporada de clásicas del pequeño y luchador bretón empezó mal para él, pues fue quinto en la Amstel y cuarto en Roubaix tras haber hecho un carrerón. Hinault no estaba satisfecho. En la Flecha Valona hizo frío pero con tiempo seco, y Giuseppe Saronni ganó su primera clásica donde Hinault hizo tercero. Hinault estaba rabioso. “¡Diablos –declaró-, quinto en la Amsteel, cuarto en la París Roubaix y tercero en la Flecha! Está claro que el domingo no seré segundo en la Doyenne.”.
Y al domingo siguiente la victoria de Bernard Hinault en Lieja fue antológica y nunca la olvidará (pues una congelación en uno de sus dedos de su mano derecha se encarga de recordársela).
La tempestad de nieve y viento siberiano que se desató en plena carrera hizo que casi todos los corredores buscaran refugio donde podían. Así, Saronni, Van Impe, Bernadeau, Baronchelli y muchos otros, completamente congelados se metían en los coches o en las casas cercanas tratando de evitar el dolor y las congelaciones. En las dos primeras horas de carrera ya se había retirado más de la mitad del pelotón y los que quedaban no pedaleaban con gran entusiasmo. El mismo Hinault quiso abandonar en el avituallamiento de Wielsam, pero su director, Guimard, le convenció para seguir. Hinault se puso algo de ropa seca y cambió de bici, y así, algo más caliente, comenzó su festival. En la subida del Stockeu sólo le seguían Lubberding y Contini. Luego ya marchó solo en cabeza, pasó a Pevenage (que iba aún en cabeza escapado) e Hinault hizo los últimos 80 kilómetros en solitario, siguiendo las huellas que los coches trazaban en la nevada carretera. Hinault ganó a lo campeón y distanció al segundo (Hennie Kuiper) en casi diez minutos. Sólo terminaron esa edición de la Lieja 21 corredores de los 174 que habían salido.
La tercera victoria de Moreno Argentin (1987) también tuvo su pequeña historia, pues el italiano alcanzó casi en la línea de meta a Stephen Roche y Claude Criquielion que se dejaron ganar por marcarse el uno al otro cuando ya tenían la carrera en el bolsillo de uno de ellos. Roche y Criquielion no se hablaron durante años, y Madiot y Millar, que le hicieron el trabajo de caza a Argentin, protestaron porque éste les había prometido no disputarles el esprint. Claro que Argentin matizó que no les iba a disputar el esprint por la tercera plaza, pero al ver que iba a ser por la victoria...

Lieja Bastogne-Lieja cicloturista
La versión cicloturista de la Lieja Bastogne-Lieja es la Tilff Bastogne Tilff, pues es en Tilff, cerca de Lieja, de donde sale y donde termina esta marcha cicloturista en la que al año pasado tomaron parte más de 8.000 participantes.
Son tres los circuitos que nos presentan los organizadores, todos ellos con salida y llegada en Tilff y con las más importantes cotas de la carrera profesional por delante. El largo, el original, es de 237 km, luego hay otro de 137 km, y finalmente uno asequible a la mayoría de los practicantes de la bicicleta que es de sólo 67 km.
Pese a ser una prueba deportiva de primer nivel para los cicloturistas, hay que señalar, como bien lo remarca la propia organización en la web oficial, que todos los participantes deberán respetar en todo momento las normas de circulación. Pero aquí no se contentan con este recordatorio que se hace en casi todas las marchas, sino que advierte que la Policía estará vigilante a lo largo de todo el recorrido, y que todo el mundo debe llevar consigo su documentación. Además, la Policía impone multas de hasta 150 euros que se han de abonar en el acto o se confiscará la bicicleta.
Tomad buena nota los interesados en participar en la próxima edición del 11 de mayo de 2008.


Más información:
www.letour.fr
www.sport.be/cycling/tilffbastognetilff

viernes, 25 de abril de 2008

¿Quién sujeta a quién?


El autobús se caía, y el mecánico no tuvo otra idea mejor que sujetarlo con las bicis de su equipo.
Claro, la lógica se impuso y la gravedad hizo el resto. Os lo podéis imaginar. No quedó ni una bici sana.
(Vuelta al País Vasco 2008. Salida 1ª etapa en Legazpi).

martes, 22 de abril de 2008

Especial Clásicas VI: La Flecha Valona


Este miércoles nos espera el Muro de Huy en la clásica más corta. A ver qué pasa.
Flecha Valona: la más corta
No todas las clásicas son largas. La Flecha Valona tiene hoy en día apenas 200 km, lo cual no es mucho comparándola con las otras clásicas que surgieron en las primeras décadas del ciclismo.
La Flecha Valona se disputó por primera vez en 1936, y fue ideada por dos periodistas de Bruselas, Albert Van Laethem y Paul Beving, a los que se les ocurrió unir en una carrera profesional las dos ciudades valonas más importantes: Tournai y Lieja.
Con el paso de los años el recorrido ha ido variando continuamente. Por ejemplo, el Muro de Huy (1,3 km con máxima rampa al 19%), donde está la meta de la carrera, se incluyó en 1983, año en el que ganó por segunda vez Bernard Hinault. Siempre han sido modificaciones añadidas en aras de buscar el máximo de obstáculos típicos de Bélgica. Así, la localidad de salida y llegada ha ido rotando durante las diferentes ediciones, aunque ahora ya parece asentada la llegada en Huy, pero la salida de 2007 en Charleroi fue nueva, pues desde 1986 se había salido de Spa, aunque en la década de los 50 Charleroi era el punto de partida habitual. Y el kilometraje también ha tenido muchas fluctuaciones hasta los alrededor de los 200 km que tiene desde 1990, pues comenzó con 236 km, luego pasó a los 300 km, y luego ha ido subiendo y bajando según se organizara un recorrido u otro. Pero pese a tanto cambio, la esencia y la fisonomía de la Flecha Valona se mantiene, e incluso desde la inclusión de Huy como final se revalorizó.
Hay que señalar que la Flecha, junto a la Lieja Bastogne Lieja (la otra clásica de las Ardenas belgas), forma lo que se conoce como “Fin de semana ardenés”, corriéndose siempre la Flecha el miércoles y la Lieja el domingo, estando, por tanto, entre la Amstel Gold Race y la Lieja, completando una semana fantástica de clásicas entre Holanda y Bélgica.
Para muchos entendidos en ciclismo, el recorrido de la Flecha Valona es el de la clásica perfecta: itinerario homogéneo, muy equilibrado en sus dificultades montañosas, un perfil de dientes de sierra, un recorrido no excesivamente largo y una llegada en el lugar ideal. Al contrario de Flandes o Roubaix, donde los especialistas en los adoquines tienen una cierta ventaja, en la Flecha Valona hay más posibilidades para otro tipo de corredores no tan específicamente dotados. Eso sí, quien quiera ganar en el Muro de Huy debe tener un buen final y una cualidades adecuadas para atacar en una subida del 20%.
Otro aspecto del recorrido actual que se puede destacar es que los últimos 130 km se recorren alrededor de este Muro de Huy, que se asciende en dos ocasiones además de la definitiva, con lo que no puede ser un corredor cualquiera el que se haga con esta prestigiosa clásica.
Como en todas las demás clásicas, no podemos echar un vistazo sobre el palmarés de ganadores de la Flecha sin encontrarnos con los grandes nombres del ciclismo. Eddy Merckx, una vez más, está a la cabeza con tres triunfos (67, 70 y 72), eso sí, empatado con Marcel Kint y Moreno Argentin). Encontramos también a Ferdi Kubler, Rik Van Steenbergen, Raymond Poulidor, Joop Zoetemelk, Laurent Fignon, Claude Criquielion y Laurent Jalabert, entre otros.
Ya hemos comentado que la primera edición en la que se terminó en Huy la ganó Bernard Hinault. Como no podía ser menos, Hinault no la ganó de cualquier forma, sino que salió dispuesto a ganar al haberse retirado de la París Roubaix unos días antes, carrera en la que ya no tenía ganas de participar. Como hubo quien criticó el abandono del bretón, éste dijo que la semana no acabaría sin ganar una “bella”, así que pocos días después se imponía en el esprint de Huy en un grupo de cinco escapados.



Flecha Valona cicloturista
Desde 1978 se celebra la Flecha Valona para cicloturistas, organizada por el Cyclo Club Spa, con salida y final en la localidad de Spa. Como en todas las versiones para cicloturistas de las grandes clásicas, se organizan recorridos diferentes. En este caso hay tres opciones: La “Flecha Valona”, de 210 km; la “Pequeña Flecha”, de 160 km; y la “Flechita”, de 120 km. Los desniveles son importantes, pues el recorrido largo acumula 3.825 m en veinte cotas, mientras el corto son 2.296 m. El intermedio son casi 3.000 metros en diecisiete cotas.
Lo que sí llama la atención de la versión cicloturistas de la Flecha Valona es que el final es en Spa, y no en el Muro de Huy, que para muchos es la esencia de esta carrera. Esto se debe a los numerosos cambios en el recorrido que ha experimentado la carrera profesional a lo largo de su historia, y en el caso de la cicloturista, al haberse organizado por primera vez en 1978 ha conservado el trazado sobre el que se corría en aquellos tiempos, aunque con salida y llegada en Spa en lugar de en Verviers, que era de donde salían y llegaban los “pros”. Entre los muros que se ascienden está el Stockeu, el más duro de Bélgica según muchos, y que también se sube en la Lieja Bastogne Lieja. En él se encuentra el monumento a Eddy Merckx, pues es allí donde Merckx marcaba la diferencia. Por cierto, Merckx dijo cuando erigieron su monumento: “¿Pero no se construían estatuas sólo para los héroes muertos?”.
El recorrido, como hemos visto es bastante duro, y la prueba está incluida dentro de la selección de los “Brevets Cyclo-Côteurs” belgas, una “challenge” que reúne a las marchas belgas que tienen al menos un desnivel acumulado de 1.300 m en un mínimo de cien kilómetros.
La edición de 2008 (la número 30) será el sábado 3 de mayo, y en ella se esperan cerca de 1.500 cicloturistas, la mayoría belgas pero con una importante presencia de holandeses.


Más información:
www.cyclo-spa.be
www.letour.fr

domingo, 20 de abril de 2008

Especial Clásicas V: La Amstel Gold Race



Seguimos con las Clásicas. ¡Qué gozada!

Hoy toca la Amstel. Una siesta menos.

Amstel Gold Race: la más nueva
No todas las clásicas rondan el siglo de vida. La Amstel Gold Race, prueba patrocinada por una conocida marca cervecera holandesa, es una carrera muy joven si la comparamos con la mayoría de las carreras de renombre, pues su primera edición data de 1966, cuando ya otras carreras se habían forjado una leyenda admirable en el universo ciclista.
Quizás esto es debido a que en Holanda, pese a la gran afición que hoy en día existe al ciclismo, su tradición en el mundo de la competición ciclista se remonta a después de la II Guerra Mundial. Por ello tardó tanto en contar con una competición verdaderamente importante en el calendario. Y la prueba holandesa por excelencia es esta carrera que se desarrolla entre Maastricht y Valkenburg a lo largo de más de 250 km en los que no faltan las habituales cotas y muros propios de las carreras de esa zona de Europa. Precisamente la meta está situada en la cima del Cauberg, el último de los 31 famosos muros que han de subir los ciclistas y que rompen con la imagen de país llano que muchos tienen de Holanda. Además, a la dureza propia de la distancia y la sucesión de subidas cortas pero explosivas, hay que añadir que la zona interior de Holanda por la que transcurre la carrera tiene carreteras estrechas y sinuosas, por lo que, como en todas estas carreras, la táctica y la colocación son decisivas a la hora de poder disputar la victoria.
La carrera la organizaron por primera vez Ton Vissers y Herman Krott, y se eligió la fecha del 30 de abril por ser el cumpleaños de la Reina. Además, era una buena fecha pues estaba entre las dos carreras de las Árdenas belgas: la Flecha Valona y la Lieja Bastogne Lieja. Aquella primera edición estuvo a punto de no ver la luz y su desarrollo fue muy accidentado, pues en muchos pueblos se bloqueó el paso de la carrera, que vio cómo se cambiaba el recorrido varias veces con los corredores ya en carrera. Esto enfadó sobre todo a Jacques Anquetil, que se retiró como protesta.
El plan inicial era salir de Amsterdam y acabar en Maastricht tras 280 km a través de medio país. Pero los organizadores no tuvieron en cuenta los numerosos giros que había que hacer para salvar los ríos, con lo que la distancia se alargaba considerablemente. Así que decidieron cambiar la salida y la llegada a Utrecht y Meerssen, pero tres semanas antes de la fecha no obtuvieron permiso para cruzar el puente de Moerdijk, por donde debían pasar, y no les quedó más remedio que volver a cambiar la salida a Breda. Pero ahí no acabaron los quebraderos de cabeza, pues otros problemas derivados de la política del momento en Holanda, declarada por los denominados “provos” una anarquía, hicieron que la Policía no recomendara organizar la carrera para evitar altercados entre los “provos” y los monárquicos. Así las cosas, cuatro días antes de la fecha de la carrera, Vissers y Krott decidieron anularla, pero durante la rueda de prensa recibieron una llamada del Gobierno autorizando su celebración.
La historia de la Amstel Gold Race es relativamente breve, sí, pero eso no impide que los mejores corredores de estas últimas décadas hayan disputado esta prueba para incluirla en su palmarés. Desde Jan Stablinski, que inauguró el historial de la prueba en esa primera edición de 1966, hasta Stefan Schumacher, último ganador en 2007, podemos encontrar a corredores como el sempiterno Eddy Merckx, ganador en el 73 y 75, o Jan Raas, que ganó en cinco ediciones (77, 78, 79, 80 y 82) y que ha hecho que algunos conozcan la carrera como la Amstel Gold Raas, u otros grandes como Bernard Hinault (que ganó casi sin pretenderlo en el 81, cuando tomó la salida desganado, pero esprintó al final al verse en cabeza ganando a corredores de la talla de De Vlaeminck, Raas o Kelly), o Adrie Van der Poel y Johan Museeuw.
Podemos destacar, también, la victoria del holandés Joop Zoetemelk, que sólo venció una vez en la carrera de su país, a los 40 años y medio, después de haber participado en catorce ediciones, convirtiéndose en el ganador de más edad, al igual que fue el Campeón del Mundo más viejo en 1985.
Por su parte, Gerrie Kneteman es el ganador más joven, con 23 años en 1974, y también fue el más veterano, con 34 años en 1985, hasta la victoria de Zoetemelk.

Amstel Gold Race cicloturista
Aún siendo la clásica más reciente, son muchos los practicantes del ciclismo que gustan de participar en la edición cicloturista de la Amstel Gold Race que en 2008 verá su séptima edición y que se diputará el sábado 19 de abril, un día antes que los “pros”.
Como es habitual en estas clásicas para cicloturistas, la organización oferta varias distancias y recorridos diferentes, para que cualquier cicloturista, tenga el nivel que tenga, pueda disfrutar, aunque sea en parte, de los recorridos míticos en los que los profesionales se baten el cobre.
Para 2008 habrá seis diferentes opciones de 60 km, 100 km, 125 km, 150 km, 200 km o 250 km. La inscripción puede hacerse individualmente o como equipos, para recrear más aún el ambiente de una gran clásica.

Más información:
www.amstelgoldrace.nl

jueves, 17 de abril de 2008

Transpirenaica: ya tengo ganas



Tras dos años cumpliendo el sueño de recorrer los Pirineos en bici en solitario, este verano volveré a la Transpirenaica por Francia.
Aunque no será en solitario sí que será de nuevo una aventura para mí, pues será la primera edición (espero que haya muchas más) de la Transpirenaica que estamos organizando desde Giant Tours.
La verdad es que estoy muy ilusionado con esta empresa, y en particular con este viaje. En mayo lo haré en coche para tener todo bien atado. E incluso en coche me gusta recorrer las carreteras del Pirineo francés.
Por supuesto me llevaré la bici para pedalear algo.
Bueno. Espero que muchos de vosotros os animéis con el viaje. Con nosotros o por vuestra cuenta seguro que disfrutaréis.

viernes, 11 de abril de 2008

Especial Clásicas IV: La París - Roubaix



Este domingo se corre "la Reina de las Clásicas": la París - Roubaix. ¡Qué bonito es ver esta carrera".

Bueno, pues aquí va la cuarta entrega de mi Especial Clásicas que publiqué en la revista Pedalier. Que os guste,

París – Roubaix: la más legendaria
“El infierno del norte”. “La Pascale”. “La última hoja del ciclismo”. De muchas maneras se conoce a la París Roubaix, una de las más bellas carreras del ciclismo mundial que es amada por muchos, y también odiada por otros. Algunos corredores viven todo el año pensando en estos adoquines del norte de Francia, y anhelan un día frío y lluvioso para poder correr en las condiciones más duras, donde sólo los verdaderamente fuertes quedan en cabeza. En esta carrera, y sobre todo si hay barro, un pequeño tramo llano de menos de dos kilómetros es capaz de destrozar un pelotón más que un gran puerto de montaña en una etapa del Tour de Francia. ¿Quién sigue creyendo que el llano es sólo una transición entre puertos?
Théo Vienne y Maurice Perez, dos industriales de la época, crearon el 19 de abril de 1896 (domingo de Pascua, de ahí “La Pascale”) esta carrera. Ese día se dieron cita una centena de corredores en el Bosque de Bolonia para iniciar la historia de una carrera que quería estar a la altura de otras de la época, y ser la antesala de la gran clásica del momento, que era la Burdeos París. Hasta 1910 se corría con motos y vehículos de asistencia. Luego se prohibió toda asistencia externa a los corredores, como si no tuvieran bastante.
El recorrido ha ido variando con los años, a medida que los tramos de pavés iban siendo asfaltados. Pero, como ocurre en Flandes, hay tramos que se han preservado y de los 270 km de la carrera, más de 50 km son de caminos rurales adoquinados, repartidos en la segunda mitad de la carrera, en sitios estratégicos donde se reviven año a año duras batallas sobre las bicis, por suerte no tan cruentas como las que estos campos agrícolas sufrieron durante las guerras del siglo XX. Muchos de estos tramos decisivos son los mismos desde hace muchísimos años, como en Doullens, Arras, Carvin o Wattignies. Otros se han ido añadiendo a la leyenda después, como en Aremberg o l’Arbre.
Como ocurre en todas las grandes carreras, echar un vistazo al palmarés de La Pascale es encontrarse con la historia del ciclismo. Los mejores corredores de cada época han grabado su nombre en los primeros lugares de la lista. Tan sólo en estos últimos tiempos, las primeras figuras del ciclismo, o sea, los dominadores del Tour, han dejado a un lado esta carrera en su calendario al igual que otras clásicas.
Pero esto no ha sido así siempre, pues hasta los años 90 todos los grandes campeones, con la única excepción de Anquetil, han vencido alguna vez en Roubaix, sabiendo que sin esa victoria su palmarés no sería completo.
Entre los corredores que más veces han ganado en el Infierno destaca Roger de Vlaeminck, que ganó en cuatro ocasiones (72, 74, 75 y 77) y fue segundo en otras cuatro, por lo que se ganó el apodo de “Monsieur Paris Roubaix”. Eddy Merckx se tuvo que conformar con ganar “sólo” tres ediciones, al igual que Octave Lapize, Gaston Debry, Rik van Looy, Franceso Moser y Johan Museeuw.
El Infierno del Norte ha dado pie a innumerables crónicas de gestas legendarias. Los periodistas que han escrito sobre ella durante más de un siglo han plasmado miles y miles de veces lo que supone esta carrera para el ciclismo, lo que supone para quien la corre, y lo que supone para quien la gana. Palabras como épica, odisea, leyenda, mito, etc., son repetidas casi hasta quedarse sin significado. Y es normal, pues no hay edición de la Roubaix en la que no se escriba una página gloriosa más del deporte del ciclismo.
En 1934, Roger Lapebie fue descalificado de su victoria al haber terminado la carrera con la bici de una espectadora. En 1949 tuvo dos ganadores, al clasificar los jueces exaequo a André Mahé y a Serse Coppi (hermano de Fausto) al haber entrado el grupo de Mahé por delante por un error de la organización y haber aceptado los jueces la reclamación de Serse Coppi que encabezó el grupo bueno.
Bernard Hinault, para muchos el mejor ciclista de la historia (después de Merckx, claro), dejó su impronta y fue fiel a su carácter indómito en 1981. El año anterior Hinault fue 4º en Roubaix, y en meta le dijo a Jacques Godet, el organizador: “Jamás me volveréis a ver en vuestro circo”, al considerar que la París Roubaix no era una carrera digna de la época moderna. Pero Hinault era Hinault. Ese año tuvo que retirarse de un Tour que iba a ganar por una lesión, y fue muy criticado por ello. Herido en su orgullo, se recuperó en silencio de su rodilla y en el Mundial de Sallanches hizo una demostración de fuerza como nunca antes se había visto. Así que en 1981, con el maillot Arco Iris, Hinault pensó que sería bonito ganar esta carrera como Campeón del Mundo veinticinco años después de que lo hiciera el último bretón, Louison Bobet. El día de la carrera, su mujer estaba en el hospital a punto de dar a luz. Hinault atacó varias veces para probar a sus rivales. En los últimos kilómetros se vio envuelto en varios cortes por caídas, y en todos logró enlazar con la cabeza, donde iban los mejores esprinter del momento. Ya en el famoso velódromo, Hinault vio que el viento en meta era favorable y atacó de lejos ganando por delante de Roger De Vlaeminck y de Francesco Moser. Al recibir el adoquín como trofeo, dijo que no lo quería volver a ver y que lo guardaría lejos de su vista. Pero, a pesar de todo, Hinault corrió más veces la carrera, aunque con poca fortuna.

París Roubaix cicloturista
La París Roubaix cicloturista reúne (ahora sólo los años pares) a miles de participantes que quieren revivir la leyenda. Hay tres recorridos: la “Integral” de 255 km casi como los de los profesionales (49 km de adoquines) y con salida en Cambronne-Les-Ribécourt; la “Esencial” de 173 km que incluye todos los sectores adoquinados (49 km) saliendo desde Bohain-en-Vermandois; y la “Final” de 98 km (32 km de adoquines) con inicio en Wallers-Arenberg. La llegada de todos ellos es en el histórico Velódromo de Roubaix, donde te puedes duchar en las mismas duchas centenarias de “cadenilla”. Por supuesto, el recuerdo que dan a los participantes es un adoquín, como a los ganadores en profesionales.
La próxima cita será el 8 de junio.


Información:
www.letour.fr
http://asso.nordnet.fr/vcrcyclotourisme/

jueves, 10 de abril de 2008

David Herrero: alma de ganador


Ayer, en la Vuelta al País Vasco, ganó David, poco después de que le sacara esta foto en la salida de Erandio. Estaba un poco cabreado estos días pues en las dos primeras etapas había hecho tercero y como dijo en ETB "aquí sólo vale ganar". Ahora ya duerme más tranquilo.
Le conozco a David desde que en juveniles era uno de los mejores del equipo que por aquel entonces teníamos en la Sociedad Ciclista Bilbaina.
David se apuntó al equipo de Canales a través de algunos cicloturistas del club, que le vieron buenas maneras cuando empezó a salir con ellos siendo un chaval.
Luego pasó a profesionales con el Euskaltel Euskadi y casi todas las temporadas que lleva en la máxima categoría ha ganado carreras, que no es fácil.
Pero lo que me llamó la atención de David, además de ser un chaval majo y agradable, es su buena cabeza. Mientras corría en aficionados no dejó los estudios, y no pasó a profesionales hasta que terminó la carrera universitaria de Químicas.
Es difícil estidiar en la Universidad y competir a alto nivel a la vez, y David lo logró sacando la carrera casi como si sólo se dedicara a estudiar.
David seguramente no necesitaría ser ciclista profesional para ganarse bien la vida y eso es algo importante, porque quiere decir que está en el ciclismo porque le gusta ser ciclista.
A David aún le quedan unos años para disfrutar de su sueño. Y espero que nos siga demostrando esa clase que atesora y que muchas veces no le han dejado sacar. No sé por qué.

martes, 8 de abril de 2008

Camino de Santiago en 24 horas: ¿Imposible?


Como os comenté, este fin de semana el Campeón del Mundo de Resistencia, Julián Sanz, ha intentado completar el Camino de Santiago en 24 horas. No lo ha conseguido, pero ha completado una bonita gesta.
Os copio el diario de viaje que me ha enviado Javi, un cicloturista amigo mío y cuñado de Julián, que le siguió en una furgoneta.
Es muy interesante.
DIARIO DESDE LA FURGONETA DE APOYO DE JULIAN SANZ
Por Javier Bilbao
Tras acompañar a Julen en el camino de Santiago, este fin de semana,os hago un pequeño resumen.
El tiempo final fue de 27 horas 24 minutos(teniendo en cuenta que llegó hasta la plaza del Obraidoiro y el año pasado acabó en el monte D´ogozo, ha recortado casi una hora sobre el año pasado); pienso que se puede rebajar más, hasta las 26 horas, pero, después de ver todo elrecorrido, 24 horas me parece imposible, para Julen y para Supermán (de hecho Supermán no lo acabaría).
En cuanto a la experiencia, fue una gozada, muy cansado (46 horas seguidas practicamente sin dormir) pero muy gratificante. Salimos de Roncesvalles a las 10 de la mañana, un equipo formado por 2 furgonetas de apoyo con 5 personas (a lo largo del camino se incorporarían 3 más, una en Logroño y dos más cerca de Astorga) más el Worldchampion, Julen. La primera furgona va por delante, lleva un ordenador y el GPS con el recorrido y va avisando de cualquier cosa rara que podamos encontrar a nuestro paso (cruces conflictivos, poblaciones, etc) además de ir haciendoel reportaje gráfico (fotos, videos) con el que van actualizando la página web e informando a la prensa. También hace la cobertura a la segunda furgona cuando es necesario. La segunda furgona va pegada al ciclista y da el apoyo logístico: comida, ropa, instrucciones, novedades, animos... Yo iba en ésta.
Estuvo rodando durante unas 15 horas, unos 500 km, por encima de 33 km/h, adelantándose a las previsiones, pero a partir de Astorga, el perfil se complica mucho; era de noche, carreteras mal asfaltadas y puertos encadenados; hay que llegar con mucho margen porque aquí baja la media por cojones... y tras subir un puerto que se llama La cruz de Ferro, sorprendentemente, tuvo un bajón importante, con un ataque de sueño bastante largo. Nos costó bastante tiempo recuperar, perdiendo un tiempo precioso (el margen de rebaja de tiempo que he mencionado antes) Digo que fue sorprendente, porque Julen tiene probado el rodar durante 24 horas sin dormir bastantes veces. En este momento llevabamos unas 19 horas. Tras pegar un par de cabezadas en la furgoneta (la primera de 5 minutos, la segunda de 10; esta funcionó. ¡Acojonante! 10 minutos) se rehizo como el campeón que es y de aquí al final mantuvo de nuevo un ritmo más que aceptable que no decayó hasta Santiago.
El tiempo fue muy bueno, sin viento, sin calor (mucho frio por la noche y al amanecer); por aquí nada que objetar. Los pasos por las poblaciones importantes (Pamplona, Logroño, Burgos, Astorga, Ponferrada y Santiago) los haciamos escoltados por la Policia Municipal que nos abría paso cortando calles y dándonos preferencia en semáforos y rotondas... Esto es un subidón de adrenalina importante; cruzar una ciudad como Logroño o Burgos, en hora punta de esta manera justifica por si sola la experiencia.
En fin, toda una experiencia, con un montón de anecdotas. Nos divertimos, nos reimos, nos preocupamos, nos estresamos, nos emocionamos... Como todos sabeis, Julen es un fenómeno y verle rodar de esa manera durante tantas horas fue un privilegio. Por cierto, quiero comentaros algo más sobre el reto; bastante gente, también alguno de vosotros, me ha comentado que es una pena no haber conseguido recorrer el camino en esas famosas 24 horas. Cuando a Julen se le ocurrió este reto, puso 24 horas por ser una cifra redonda; no hizo ninguna valoración ni de la distancia, ni del recorrido, ni había ninguna referencia del tiempo que se podía tardar en recorrer este camino (los de la sociedad ciclista de Castro habian tardado sobre 24 horas haciándolo a relevos entre 5 ó 6 personas. Nada que ver). Como el año pasado sufrió un fuerte viento en contra durante gran parte del recorrido, acabando en 28 horas, seguía con la duda de si era posible rebajar esas 4 horas en condiciones más favorables; estre año hemos comprobado que marcar un objetivo como éste no es real, que no es posible recorrerlo en ese tiempo. Antes de salir de Roncesvalles hablamos de que teníamos 3 objetivos: 1 - Completar todo el recorrido 2 - Hacerlo en 24 horas 3 - Sino es posible hacerlo en 24 horas, mejorar el tiempo del año pasado. Julen ha conseguido 2 de 3; y el tercero no lo ha conseguido sencillamente porque no es posible hacerlo. Pero desde luego no se puede sentir la mínima decepción por no haber logrado ese tiempo ya que lo conseguido por Julen es una gesta digande un Superhombre... como muestra os doy una dato; vosotros que andais en bici sabreis valorarlo en su justa medida: Coronó el alto del ferro con aproximadamente 510 km recorridos; serían como las 3 de la mañana, es decir, llevaba 17 horas desdela salida de Roncesvalles; como hacía mucho frio, era de noche y la bajadaes muy sinuosa, le pedi que parase para ayudarle a ponerse el térmico y los guantes... pues bien, en ese momento era la primera vez que Julen apoyaba unpie en el suelo desde el momento de la salida, a las 10 de la mañana!! ni para comer, ni para mear, para nada, no paró absolutamente para nada en todo ese tiempo. Así que, amigos, sentiros muy orgullosos de Julen, ydisfrutar del privilegio de tenerlo en nuestra grupeta y poder pedalear junto a él.

domingo, 6 de abril de 2008

Especial Clásicas III: El Tour de Flandes


Hoy se ha corrido una nueva edición de este monumento, así que aquí tenéis esta tercera entrega de la serie sobre las Grandes Clásicas.
Tour de Flandes: la más dura
Karel Van Wynandaele no pasó a la historia del ciclismo por ser un gran ciclista, pero gracias a él hoy día disfrutamos de uno de los monumentos del ciclismo: el Tour de Flandes.
Karel era un cronista de deporte en los periódicos locales flamencos, y quedó impactado por carreras como la París Bruselas o la París Roubaix. Karel quería lo mismo en su tierra, en Flandes, y cuando en 1912 tuvo la oportunidad de colaborar en el lanzamiento de un nuevo periódico deportivo semanal, el “Sportwereld” se le presentó la ocasión para emular a otros periódicos creadores de grandes carreras, y apostó por la organización de una épica prueba flamenca, lo que sería el Tour de Flandes, la “Ronde van Vlaanderen”.
La primera edición se disputó en 1913, a lo largo de 330 terribles kilómetros, atravesando los lugares más atractivos de Flandes por deseo de Van Wynandaele. Los dos primeros años fueron difíciles, pues tan sólo salieron 37 ciclistas en 1913 y una decena al año siguiente. Además, la I Guerra Mundial parecía poner fin a la carrera prácticamente nada más nacer.
En 1919, terminada la contienda y en una Europa destrozada, Karel perseveró en su empeño de sacar adelante como fuera la prueba, organizando una tercera edición, incluyendo esta vez en el recorrido el Kwaremont. Pero de nuevo la empresa estuvo a punto de fracasar, esta vez por falta de patrocinadores. Por suerte, al año siguiente una marca de bicicletas francesa se decidió a colaborar.
En las primeras ediciones coincidía en el calendario con la Milán San Remo, restándole muchos participantes. Luego se decidió cambiar la fecha para que se disputara una semana antes que la París Roubaix.
La II Guerra Mundial y algunos cambios en la empresa editora del “Sportwereld” pusieron de nuevo en dificultades la prueba, pero Karel Van Wynandaele mantuvo la llama de la ilusión por su carrera y logró solventar todas las dificultades. Cuando murió, en 1961, el Tour de Flandes ya era una carrera consolidada entre las más grandes del calendario mundial.
Entre los grandes corredores que han dejado su huella en esta carrera podemos citar a muchos. Entre 1940 y 1959, Briek Schotte participó en veinte ediciones consecutivas, ganando dos de ellas (42 y 48), y siendo otras dos veces segundo y cuatro veces tercero. En su primera participación fue tercero, y con lo que ganó compró una lavadora a su madre.
En 1944, un joven de 19 años llamado Rik Van Steenbergen, ganó la carrera en su primera participación. Rik odiaba correr con mal tiempo, algo habitual en el Tour de Flandes, y ante el asombro de todos, al año siguiente decidió no correr. “Seguramente ganaré mucho más en cualquier otro lado”, dijo el joven Rik. Pero al año siguiente volvió a ganar, dejando claro que era un corredor hecho para esta carrera. Van Steenbergen no la ganó nunca más, pues no la disputó muchas más veces.
Otro Rik, Van Looy, ganó en el 59 y en el 62. Casualmente, en estas dos victorias el gran corredor flamenco sufrió dolores intestinales que a punto estuvieron de costarle el triunfo. En 1959, aún algo convaleciente de una operación, y con problemas de infección intestinal que le obligaban a llevar una dieta estricta, Rik tuvo una repentina necesidad de ir detrás de un árbol. Pero la situación de la carrera no se lo permitió, así que, imaginaos. Era su sexta participación y Rik deseaba la victoria por encima de cualquier otra cosa.
A finales de los 60, Eddy Merckx ya había ganado al menos una vez todas las grandes carreras, pero le faltaba una victoria en Flandes, algo que seguro que le fastidiaba habida cuenta de su afán de ganarlo todo. Merckx “sólo” ganó dos veces el Tour de Flandes, pero en ambas ocasiones fueron victorias a lo grande. En 1969 con muy mal tiempo, a falta de 70 km de la llegada, el viento hacía que los veintidós ciclistas que quedaban en el grupo de cabeza intentaran chupar rueda de los demás, bueno, más que de los demás, de Merckx, a quien no daban un relevo. Merckx decidió que para ir así iba mejor solo, y atacó haciendo en solitario los últimos 70 km para vencer como el campeón que era, con cinco minutos de ventaja sobre Felice Gimondi, que hizo segundo.
Una demostración así parecía difícil de superar, pero en 1975 atacó en el Kwaremont, a 104 km de meta. Sólo le pudo seguir Frans Verbeeck, hasta que a 6 km de meta siguió ya en solitario. Verbeeck, que llegó fundido por haber aguantado tanto tiempo el ritmo del “Caníbal”, declaró en la meta que sólo había visto el tubular trasero de Merckx, un Clément.
En 1985 el tiempo también fue determinante en la victoria de Eric Vanderaerden. No paró de llover en todo el día, y gran parte del recorrido era un barrizal. Eric pinchó, pero pudo regresar a la cabeza de carrera y atacar más tarde en Geraardsbergen, llegando escapado a meta. Eric dijo que el Tour de Flandes es una carrera en la que el tiempo debe ser malo, si no los grandes corredores no pueden marcar la diferencia.
En los años 90 Johan Musseuw ganó la carrera tres veces (93-95 y 98). Conocido como “el León de Flandes” (el que ondea en la bandera flamenca), Johan pudo ganar en más ocasiones con un poco de más suerte, pero las averías mecánicas en momentos críticos y las lesiones le restaron posibilidades.
La característica principal del recorrido del Tour de Flandes, que va de Brujas hasta Ninove en 264 km, son, sin duda alguna, sus “muros” de pavés. Son subidas cortas, pero que encierran en algunos casos rampas de más del 20%, lo que unido a que en lugar de asfalto tienen adoquines, y que a menudo están mojados, hace que en estos “muros” la carrera se decida.
A lo largo de los años muchos de estos tramos se han ido asfaltando, pero los flamencos han sabido entender la importancia histórica (y turística) de estos tramos de leyenda y hoy día se encuentran protegidos para preservar la esencia de este viejo ciclismo, aunque a veces, como en 1987 en el Koppenberg cuando se cayó Jesper Skibby, el mal estado de los tramos han causado incidentes. El más famoso de todos los muros es el de Geraardsbergen, conocido como el Kapel Muur, (y Muro de Gramont en francés) donde se ha escapado el vencedor en muchas ocasiones pues está a menos de 20 km de la meta.

Flandes cicloturista
La “Ronde van Vlaanderen” tiene también su versión para nosotros. Hay que empezar señalando que es cicloturista, no ciclodeportiva, y que los más de 18.000 participantes que acuden en los últimos años pueden elegir entre varias opciones, tanto en carretera como en BTT, eso sí, respetando en todo momento las normas de circulación, semáforos incluidos a pesar de rodar en pelotones numerosos.
Para los que preferimos la carretera hay tres distancias a elegir: 70, 140 y la distancia completa como los profesionales. Eso sí, todas las versiones incluyen el tramos de los muros, para que todos puedan sentir en sus piernas lo que han sentido durante tantas y tantas décadas los mejores profesionales del mundo.

Información:
www.rvv.be

sábado, 5 de abril de 2008

Rock&Racing Cycling Team


Hay que reconocer que el Rock&Racing es un equipo diferente. Es una pena que no venga a correr carreras del calendario europeo, porque por lo que veo y leo en webs de ciclismo de EE.UU. es un buen show ver a este equipo en directo.
Es una lástima que Mario Cipollini, que regresó a la competición por unas semanas con este equipo tras dos años retirado, haya dicho adiós (esta vez parece que para siempre), pues aunque a veces es bastante payaso y más showman que ciclista, hay que reconocer que con Super Mario había más noticias de ciclismo en muchos medios que el monotema del dopaje.

Y hablando de la "bicha". Este equipo ha sido criticado por tener en sus filas a algunos "bad boys" (como leí en una revista americana) como Santiago Botero, Tyler Hamilton o el español Óscar Sevilla.

Bueno. No soy yo nadie para juzgar lo que hicieron (o supuestamente hicieron) en el pasado. Pero creo que han pagado sus errores (supuestos o probados) con el no poder competir nunca más en equipos de primera división, y sin poder disputar las carreras importantes.

Hace un par de años, el año en que despidieron a Sevilla y Ullrich del T-Mobile por lo de la OP, estuve compartiendo apartamento un fin de semana con Óscar en la Vuelta Cicloturista a Menorca, incluso salí a hacer joging con él por el puerto de Maó. Me pareció una persona normal, un buen chaval, simpático.

Si ahora tiene la suerte de poder correr en un equipo como el Rock&Racing, donde por las fotos y tal parece que se divierten (además de competir, que Óscar ganó la semana pasada una crono-escalada), y si además puede prolongar un poco su profesión y ganar un poco de dinero que bien le vendrá en el futuro, pues lo único que puedo decir es que me dan envidia, la verdad. Y más después de ver las Podium Girls del equipo.

viernes, 4 de abril de 2008

Julián Sanz: nuevos y apasionantes retos


El amigo Julián Sanz tiene nuevos retos para este año, entre los que destaca el asalto a la RAAM (Race Across America), carrera de 5000 km de costa a costa en EE.UU. en la modalidad de Non-Stop y en solitario. Ahí es nada.
Para preparar ese gran desafío, Julián tiene otros retos intermedios, como un intento de récord del mundo de 24 horas, o el Camino de Santiago en 24 horas, cuyo intento será este fin de semana.
Podéis seguir las aventuras de Julián en su web (www.juliansanz.com.es), donde en directo os irá informando de cómo va en su Camino de Santiago y del resto de proyectos.
Mucha suerte desde aquí y muchos ánimos (y que tengas suerte con el tiempo y que este año el viento sople a favor).