viernes, 7 de septiembre de 2007

Le Tour Ultime (3, 4)

Subo aquí las últimas crónicas recibidas. Julián parece que va como una moto. ¡Vaya tío!


A 2210 metros de altitud las cosas se ven de otra manera. Ahora empiezo a entender todo. Sólo viendo como disfruta Julián en las serpenteantes bajadas de las montañas, se puede llegar a entender que soporte el desgaste de las pronunciadas subidas.
Hoy se ha comido 340 Km. a través de Los Alpes. Una muy buena media si se tiene en cuenta la dificultad del terreno. Col du Vars, St Jean, D´Ayen y Du Lore son algunos de los puertos que han visto pasar a Julián como una centella. Cada cual más recóndito y grandioso, y cuanto más recóndito y grandioso más complejo para el que los tiene que alcanzar únicamente con la fuerza de sus músculos.
Las temperaturas hoy han apretado más que nunca. En las horas de más calor Julen lo ha pasado mal y le ha sobrado hasta el casco, pero a medida que iba cayendo el sol iba recuperando el desparpajo sobre las dos ruedas de su BH Global Concept 2007. El dolor en el bíceps femoral sigue estancado. Ni empeora ni remite por completo. En cualquier caso la leve lesión está siendo controlada muy de cerca al igual que todo lo concerniente a nuestro ciclista.
En cuanto a los planes de ruta hemos pensado modificar las horas de sueño, es decir, acostarnos antes para levantarnos antes y así poder subir el Mont Ventoux a una hora fresca. Poco más que contar. Seguir a Julián día tras día me está abriendo los ojos a una dimensión nueva para mí. La resistencia humana no está donde yo creía, Julián me está demostrando que va mucho más allá. ¡Ánimo Julián! ¡Estás dando mucho de que hablar!
Berta Nogueira Sixto
El quinto día de Le Tour Ultime Julián Sanz lo ha invertido en atravesar picos como Pas de Graille, Du Lore y Mont Ventoux. Buena parte de la jornada la ha dedicado a luchar contra el gran gigante calvo de los Alpes. A esta inmensa montaña le dicen “el calvo” porque toda la extensión de su cima está totalmente desprovista de cubierta vegetal. El efecto que causa verla integrada en la cordillera es, cuando menos, impactante. 1906 metros de altura, repartidos en 21 Km. de largas subidas de hasta un 10,5 % de pendiente, y Julián la ha derrotado en poco más de dos horas y media. La panorámica que hay desde el punto más alto del Mont Ventoux es tan sobrecogedora como el viento que sopla: gélido, virulento, huracanado; en nombre del monte sin duda hace honor a esta característica. Subirlo fue duro, y bajarlo fue peligroso. Los vehículos en los que seguíamos al ciclista coleaban con tanta violencia debido a los golpes de viento que parecía mentira que una bicicleta se pudiese tener en pie. Pese a todo el humor y fortaleza del deportista se mantuvieron férreos. Una vez superado el Mont Ventoux siguió con su carrera como si el cansancio no hiciese mella en él. Todo el equipo está aprendiendo muchas cosas de Julián, pero cómo hace para sacar fuerzas de flaqueza aún se nos escapa.
Esta noche pretende llegar hasta St Quentin la Pottedie para mañana poder adentrarse por fin en los Pirineos. Julen ha decidido endurecer su planificación del descanso repartiendo las horas de sueño entre la noche y el mediodía. Otro cambio que se ha propuesto es respetar las tres comidas principales. Hasta ahora ha estado comiendo mucha cantidad de alimentos ricos en proteínas, vitaminas e hidratos de carbono, pero la monotonía le ha hecho optar por una comida más “normal” y menos “nutritiva”. En cuanto a la salud del corredor la lesión de la pierna ha desaparecido por completo.
Y así se va pasando los días de Le Tour, entre anécdotas y chascarrillos, esfuerzos y recompensas, paisajes de ensueño, horas de carretera, tensión, peor sobre todo muchos buenos momentos.
Berta Nogueira Sixto
A estas alturas de Le Tour ¿qué no he visto hacer sobre una bicicleta? Todo es válido para pasar el rato y burlar el sueño. Desde las labores más básicas (comer, beber, hablar…) hasta auténticas peripecias de circo (vestirse y desvestirse, bailar, hacer estiramientos…), peor sin duda lo que más me ha impresionado son los juegos y entretenimientos sobre dos ruedas. Jugar a adivinar bandas sonoras o títulos de películas es un buen recurso para lograr que Julián se mantenga activo.
En la jornada de hoy el ritmo ha sido, en líneas generales, bueno, pero el haber dormido tan sólo una hora ha pasado factura a lo largo del día. Julián ha querido hacer varias paradas de diez minutos para intentar recuperar fuerzas. Estas breves pausas han sido suficientes para aderezar el cuerpo y poder hacer una noche constante y fresca.
Berta Nogueira Sixto

Ya hemos dejado atrás los Pirineos. El Col de Portet D´Aspet fue la primera cima de esta cordillera que Julián ha conquistado seguida de otros puntos como Col du Bureo, Col des Ares, Peyresourde, Col de Tourmalet, Soulor y Col d´Aubisque. Veinte horas y media ha sido el tiempo que Julen ha necesitado para comerse esta etapa de Le Tour, conocida por los 2114 metros de altitud que tiene su puerto más elevado, el Tourmalet. Veinte horas y media en las que ha avanzado 272 Km. subiendo pendientes tan escandalosas como sus bajadas. La cadencia de pedaleo en el séptimo díaha sido tan feroz y fogosa como la del primero. La situación de ayer a hoy a dad un giro de 360º y el agotamiento se ha convertido en avidez. La actitud de Julián en estos momentos queda perfectamente definida con el símil del balón de plástico que si intentas hundir bajo el agua siempre consigue salir a flote.
En cuanto al clima, no nos podemos quejar. Aunque ha habido días en los que Julen ha sudado la gota gorda y otros en los que el frío le ha paralizado los músculos, las condiciones climatológicas están siendo buenas para la carrera.
Todos los contratiempos que hemos tenido en el camino Julián los convierte en meros hechos anecdóticos que, lejos de dificultar su marcha, le amenizan las jornadas. La más “graciosa” de hoy, aunque en el momento en el que ocurrió a ninguno de los del equipo nos hizo gracia, fue el encaramiento de un granjero y su escopeta contra la furgoneta del Julian-Team. Cierto es que las propiedades privadas no son el sitio más adecuado para hacer las paradas de avituallamiento nocturno, pero saludarnos a golpe de arcabuz tampoco es de recibo. Pero la noche de sorpresas no acabó ahí, aunque la nuevas que fueron llegando si empezaron a tomar un cariz más cívico. Cerca de las nueve de la tarde nos informaron de que Amat, el corredor catalán, había abandonado la prueba. Una herida en un pie, GPS defectuoso, libro de ruta equivocado, mala organización…más que un motivo concreto fue un cúmulo de detalles lo que provocó que al séptimo día de carrera Amat se viese desbordado y decidiese volver a casa. Julián recibió con pesar esta noticia, y antes de que la pudiese asimilar fuentes no oficiales le informaban de que el otro corredor de la categoría individual, el austriaco Valentin, había quedado descalificado por motivos aún poco claros. Resumiendo, con llegar a la meta antes del tiempo límite Julián ya se convertiría en el campeón mundial de ciclismo de ultrafondo. Pero como dice Julen, y muy bien dicho, es mucho más que un primero puesto; es una marca, un triunfo personal, un nuevo entrenamiento para aspirar a algo más grande, ya que siempre hay que ir hacia algo más grande.
Berta Nogueira Sixto
Una vez pasado los Pirineos parece que Le Tour Ultime está entrado en la recta final. ¡Y tanto que es recta! En contraste con el tejemaneje de caminos de montaña que hemos atravesado hasta ahora, las interminables planicies de la Francia central a Julián se le hacen eternas. El recorrido de esta etapa es sin duda el caldo de cultivo perfecto para los ataques de sueño. Salvo dos paradas de diez minutos, necesarias para complementar el breve descanso de la noche, el resto de la mañana ha rodado a buen ritmo alcanzando una media de 27 Km./h. La única dificultad con la que ahora Julián se tiene que enfrentar solo, es una pequeña infección en la boca que le ha producido algunas llagas. Nada serio, pero si muy incómodo.
Julen lleva 3000 Km. y pico de 4050. La proximidad de la línea de meta nos ha permitido hacer un cálculo aproximado del día y hora de llegada; si nuestro corredor sigue tan animado como hasta ahora verá el arco del triunfo el domingo a la noche. ¿Antes o después? Yo que le he visto a diario y he seguido de cerca su evolución, me atrevo a vaticinar un final muy emocionante.
Berta Nogueira Sixto

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