Salimos el sábado 13 de julio en dos furgonetas con destino a Orange (Francia), un pueblo cerca de Bédoin, localidad en la que comienza la ascensión al Mont Ventoux.
Tras unas horas de viaje (con paradita en el monumento al Tour en la autopista de los Pirineos) llegamos sin novedad a Orange, donde nos alojamos en el Hotel Premier Classe, que menos de Primera Clase era de todo, no os lo recomiendo. Cena, paseo y preparamos el plan para el día siguiente.
Domingo 14 de julio. El Tour sube el Mont Ventoux y nosotros lo hicimos unas horas antes que ellos. Me gustó bastante el puerto, pues es diferente a lo que conozco, sobre todo la parte de arriba, la que no tiene casi nada más que piedras. Allí hacía viento a favor y eso hizo que no me pareciera un puerto muy duro.
Tras la subida, nos reagrupamos en Bédoin, fuimos a las furgonetas y avanzamos hacia Bourg D'Oisans, viendo la etapa por la tele en un bar durante el viaje.
Bonito y espectacular final el del Mont Ventoux.
Lástima que no dejasen subir hasta la cima.
Parada obligada al monumento a Tom Simpson.
Ya en Bourg D'Oisans nos alojamos en el Hotel Oberland, que no es ninguna maravilla pero está bien preparado para ciclistas y está muy cerca del centro del pueblo.
El lunes, día de descanso del Tour, algunos salieron en bici para intentar hacer el recorrido de la Marmotte, mientras otros lo harían desde la Cima del Glandon. Yo conduje hasta allí la furgo y bajé y subí los últimos 7 km del Glandón por el otro lado, muy duro y precioso.
Foto del grupo en el Glandon.
Cima del Glandon, con baldosas.
Precioso el Glandon.
Y duro.
Las vistas son espectaculares en el Glandon.
Cima de la Croix de Fer.
La Croix de Fer.
Alcancé al grupo en el Telegraphe, donde hicimos una paradita larga.
Parte de la expedición en el Telegraphe.
Galibier: duro, mítico y precioso puerto.
Sacando fotos la subida es menos dura.
Nieves perpetuas en la parte final.
Foto que cualquier cicloturista quiere tener.
La otra vertiente del Galibier, bajando hacia el Lautaret.
La cima del Galibier es increíblemente bonita.
Foto del grupo en el Galibier.
Muy prácticas estas papeleras gigantes que hay en toda la subida para poder tiras restos de geles, barritas, etc. sin bajarte de la bici.
Luego bajamos hasta Bourg D'Oisans en un día muy duro para los que hicieron toda esta vuelta en bici.
Al día siguiente hicimos un traslado en las furgos hasta Briançon para subir el Izoard. Sólo dos nos animamos a bajar un par de km para ver la Casse Déserte en la otra vertiente. Un lugar histórico y con una atmósfera especial. Coppi y Bobet están allí contigo.
Col del Izoard.
La Casse Déserte.
Monumento a Coppi y Bobet.
Un lugar con magia.
Los dos últimos km son muy duros.
El miércoles nos animamos a subir el Alpe D´Huez. Algunos dieron la vuelta bajando por el Col de Sarenne. Otros, como empezó a llover, bajamos por el mismo sitio, y otros lo subieron por la tarde. Es un puerto bonito, pero nada que ver con los otros del entorno.
La curva de Fede Etxabe.
La subida al Alpe D'Huez tiene bonitas vistas.
No podía faltar él.
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Otra foto en un lugar ya mítico.
Toda la subida es muy aérea y con vistas.
Al bajar aproveché para ir a explorar un poco la carretera que va desde la Garde (un pueblito que hay al de pocos km de empezar a subir el Alpe) hacia Auris por la Ruta de Auris, una carretera colgada sobre el valle de Bourg D'Oisans que me recordó al Circo de Litor en el Aubisque. Muy bonita y empinada.
Ya al día siguiente, el día de la etapa con doble subida a Alpe D'Huez, y el día en el que justo se cumplían 25 años de la primera vez que fui al Tour (la etapa de Luz Ardiden en 1988 que ganó Lale Cubino), y el día en el que mi hijo Alex cumplía 15 años, subimos de nuevo al Alpe pero por Villard-Reculas, una subida muy bonita que te deja en la subida al Alpe, a unos 5 km de la cima. Justo salimos donde estaba el grueso del pelotón de las decenas de miles de holandeses que invaden cada año esta subida. Bajamos al pueblo a comer y luego ya fuimos a ver la caravana y la primera subida, y el descenso de la Sarenne y la subida final la vimos por la tele, ya que estaba muy interesante.
Villard Reculas. Bonita ruta.
Unos pocos vascos entre miles de holandeses.
La caravana, en una foto muy francesa.
Esperando al Tour con mi hijo Alex.
Australianas,...
vascos,...
belgas,... Gente de todo el mundo.
Mira, el helicóptero de la tele. Saluda a ver si salimos.
El Sky en cabeza del pelotón.
Mikel Nieve, el mejor de los nuestros.
Al día siguiente tuvimos la suerte de que uno de nosotros, Santi, es Juez Árbitro Internacional y el Director del Jurado Técnico del Tour, un valenciano amigo suyo, nos consiguió invitaciones para ver el Village de la salida, que es algo curioso y bonito de ver.
Con Vicente, el Director del Jurado Técnico, en el Village Départ.
Pues Alex ya ha ganado un Tour, ya se puede retirar.
El pase de invitado está genial, pero un pase VIP tiene que ser la leche.
Sólo 447 km hasta París. Froome cerca de poner su nombre con los grandes.
Markel Irizar calentando antes de una etapa de montaña. Pero es que de salida se meten con el Glandon.
Después de ver la salida, cogimos las bicis y unos aprovecharon para subir el Glandon, los que el lunes lo había subido en furgoneta, otros fueron a Les Deux Alpes y al Alpe por el Col de Sarenne, y yo subí el Col de Sarenne para bajar por el Alpe D'Huez. Preciosa la carretera de la Sarenne, y con tramos muy duros.
Al día siguiente en la Sarenne todavía estaban las protecciones para la bajada del Tour.
Preciosa carretera.
Cerca de la cima.
En la cima. Desde aquí hay unos kilómetros muy pestoso de sube y baja hasta el Alpe D'Huez.
Entre el Col de Sarenne y el Alpe D'Huez se ve el pueblo de Huez y la carretera de Villard Reculas, la que pasamos el día antes.
Un holandés fortachón llegando al Galibier tras más de cinco horas de ascenso.
Monumento a Marco Pantani en el Galibier.
Mucha ropa Rapha, pero con un chubasquero improvisado. Y le quedaba la bajada.
Túnel del Galibier, cerca de la cima.
El monumento al creador del Tour de Francia, Henry Desgrange.
Col de Lautaret, que es la antecima del Galibier por esta vertiente.
Ya el sábado 20 hicimos el viaje directos desde Bourg D'Oisans hasta Bilbao.
En resumen, una semana inolvidable, un viaje fantástico.
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