Félix

Mientras estábamos en el Tour, un buen amigo mío fue atropellado por un coche cerca de Bilbao. Le van a quedar graves secuelas para el resto de su vida, entre ellas la de no poder volver a caminar.
Os copio aquí la carta que envié al periódico la semana pasada, para que sirva de recuerdo de los riesgos que nos acechan en las carreteras.
Ánimo Félix.

Un segundo
Hace unos días Félix iba en bicicleta subiendo un puerto tranquilamente por el arcén. Con esa percepción del entorno que tenemos los que llevamos años saliendo en bici por carretera, Félix notó que algo no iba bien en el coche que se le acercaba por detrás y se arrimó aún más al interior del arcén. Pero no fue suficiente. En un segundo, Félix yacía en el suelo, roto. Un segundo.
Un segundo es lo que tarda el destino en cambiarnos el resto de nuestra vida. Félix ya no podrá salir en bici, ni subir al monte, ni podrá ir con su hijo a estrenar la bicicleta que le acaba de comprar. Pero Félix es fuerte, y siempre ha sido una persona positiva. Además, es una de las personas más buenas que he conocido. Nunca le he oído hablar mal de nadie, ni quejarse. Seguro que tras un periodo de aceptación de su situación sabrá sobreponerse y volverá a ver la vida con los ojos de siempre. Su vida será diferente, pero podrá ver crecer a su hijo junto a su mujer, y tendrán días felices y otros días menos felices, como todo el mundo.
Ánimo, Félix. Comienza un puerto duro, más que el Tourmalet. Pero recuerda que los ciclistas y los montañeros finalmente llegamos a la cima y desde allí siempre se ven las cosas de otra forma.
Ya sé que es difícil prevenir los accidentes de tráfico con una carta en el periódico, pero si tras leer esto hay una sola persona que evita despistarse un segundo aunque sólo sea hoy, quizás hayamos salvado una vida. Tengan cuidado en la carretera.