Lástima. Justo unos pocos días después de que os posteara en este blog un pequeño comentario de ánimo a Unai Basurko, nuestro compañero cicloturista-navegante-solitario, que está participando en "la última aventura sobre la tierra", la Vendée Globe, pues va el timón de estribor del Pakea-Bizkaia (el barco de Unai) y se rompe.
Estos veleros (Open 60 IMOCA) llevan dos timones en el espejo de popa, y el de estribor rompió su anclaje con el casco hace pocos días casi cuando Unai estaba a punto de terminar la travesía del Atlántico y comenzar su peregrinación hacia el Este en busca de la vuelta a los 360 meridianos.
El barco puede seguir navegando, pero no por esos mares tan duros y con más de dos tercios de la ruta por delante, donde un agrandamiento de la avería podría acabar en un peligroso naufragio en aguas donde un rescate es incierto. Así que nuestro Unai es el sexto skipper en retirarse en esta edición de la regata.
Su última posición es la que os indico en rojo en el dibujo. Ahora le queda más o menos un mes de navegar hacia el norte sin forzar el barco para llegar a Bilbao y poder salvar el barco.
Qué rabia tiene que dar llevar años preparando una aventura como ésta, con lo difícil que es conseguir el patrocinio, y tener que retirarte por una avería. Es como si estás cuatro años preparando la París-Brest-París y nada más salir se te rompe la bici y te tienes que retirar (por cierto, eso es precisamente lo que le pasó a un asturiano en 1999 cuando seguí la prueba). Pues imaginaros la rabia que da eso. Pues esto de Unai es como eso pero peor, pues en la PBP participan miles de personas y no es complicado participar si te animas. Pero en la Vendée Globe son apenas dos docenas los participantes de cada edición, y no basta con querer participar y estar preparado para hacerlo, sino que además hay que tener un barco apropiado y necesitas mucho dinero para poder tener el equipo necesario.
Ánimo Unai. La siguiente Vendée Globe te espera.