Este sábado se corre la Classicissima, así que aquí va la primera entrega de mis reportajes sobre las Clásicas publicados en Pedalier.
A disfrutar.
Milán San Remo: la más larga
En 1905, Signore Costamagna, gerente del diario “La Gazzetta dello Sport”, planeó una carrera que uniera Milán con San Remo, sin ni siquiera saber si era posible hacer ese recorrido sobre una bicicleta. Así que encargó a un corredor de la época, Giovanni Gerbi, que fuera a probar la ruta, y como Gerbi dio su conformidad a la idea, anunciaron a bombo y platillo la celebración de la carrera, que se corrió por primera vez en 1907, siendo el primer vencedor Lucien Petit-Breton, uno de los grandes de la época, y llegando el propio Giovanni Gerbi en tercera posición.
No pasarían muchos años para que la carrera italiana más importante, tras el Giro d’Italia, comenzara a engrosar su leyenda.
El 3 de abril de 1910, en su cuarta edición, tomaron la salida 71 corredores. Aquel día, el frío fue el protagonista y muchos periodistas calificaron esa edición de apocalíptica. Durante los casi 300 km, los ciclistas fueron abandonando a medida que las condiciones meteorológicas iban empeorando. En algunos puntos del recorrido se acumulaba en los bordes de la carretera hasta 30 cm de nieve. Una nieve que caía a ratos, y a ratos daba paso a la lluvia o al granizo helador.
Eugène Cristophe -el mismo que en 1913 pasaría a la historia del Tour de Francia por arreglarse la horquilla en una forja de Ste. Marie du Campan, al pie del Tourmalet- sufrió lo indecible en el Turchino, el puerto que precede en el recorrido a la carretera junto al mar que llega a San Remo. Cristophe, como el resto de los pocos participantes que aún sobrevivían, hubo de pararse víctima del frío y de la tormenta de nieve que hacía casi imposible el avanzar. Gracias a una prenda de lana que le prestaron, el francés tuvo el valor de continuar, y llegó por fin en solitario a la meta de la Vía Roma, con horas de ventaja sobre los otros tres únicos participantes que lograron terminar aquella carrera inhumana. Eugène tuvo que permanecer un mes en un hospital para recuperarse de las congelaciones y del agotamiento.
La ya centenaria Milán San Remo es la carrera más larga de la temporada, con su 294 clásicos kilómetros, y por celebrarse en marzo se la conoce como “la Primavera”, aunque también hay quien la denomina “el Mundial de Primavera”, pues para muchos corredores, sobre todo para los italianos, ganar en San Remo es solucionar toda la temporada.
Pero el apodo más famoso y por el que mejor se la conoce es el de “Classicissima”. Y otro clásico del ciclismo, quizás el más clásico si nos atenemos a las innumerables veces que aparece su nombre en el palmarés de casi todas las carreras habidas y por haber, es Eddy Merckx.
El “Caníbal”, como acertadamente se le conocía por su ansía en devorar victorias, tiene el record de triunfos en la Milán San Remo. Merckx subió al podio de San Remo en 1966, 67, 69, 71, 72, 75 y 76. O sea, siete veces y las siete ocupó lo más alto del podio. Un récord casi inigualable. Más recientemente, el esprinter alemán Eric Zabel ha ganado la carrera cuatro veces, siendo segundo en otras dos. Y es, por tanto, al ver el palmarés de la “Classicissima” cuando nos damos cuenta de la importancia de esta carrera, pues entre los ganadores vemos, además de los citados, los nombres de Garrigou, Pelissier, Girardengo, Binda, Bartali, Coppi, Bobet, Van Steenbergen, Poblet, Poulidor, Simpson, Gimondi, Kelly, Fignon, Bugno, Jalabert, Cipollini, Bettini, Freire,... ¡Ah! ¡Qué corredores! ¡Qué carreras! ¡Qué historia!
Ya hemos comentado que esta carrera es la más larga del calendario de clásicas, pues se acerca casi hasta los 300 km. La salida, temprano, se da en la Via della Chiesa de Milán, y se van calentando los corredores por las llanuras de la Lombardía, acercándose a los Apeninos. Hacia la mitad de la carrera es cuando se asciende el Paso Turchino. Después se baja hacia la costa, que ya no se abandonará hasta San Remo. Este tramo es el más complicado, pues la carretera es muy sinuosa y los repechos se suceden. Además, en esta carrera la velocidad es endiablada, tanto que hay corredores, normalmente novatos, que tienen dificultades para poder avituallarse con normalidad.
Colle di Giovo, Capo Mele, Capo Cervo, Capo Berta y la Cipressa, todos ellos forman “el Capi”, una zona tortuosa, donde el pelotón rueda estirado en una lucha sin cuartel por mantener a los líderes cerca de la cabeza, a la espera de que la batalla final se libre en la subida al Poggio (que fue incorporada al recorrido en 1960 para intentar evitar una llegada al sprint), que se sube a casi 50 km/h (¡con casi 300 km en las piernas!).
Milan San Remo cicloturista
Hay que advertir a los cicloturistas que hoy en día se organizan dos versiones de la Milán San Remo para ellos: por un lado está la que organiza la U.C. San Remo, que es la más fiel al trazado profesional y que se organiza el 1 de junio de 2008 (será su 38ª edición); y por otro lado está la Medio Fondo Milán San Remo, organizada por La Gazzetta dello Sport, que son quienes organizan la prueba profesional y que se disputa al día siguiente con un trazado mucho más corto.
La Milán San Remo de la U.C. San Remo, como decimos, se organizó por primera vez en 1971, y su recorrido es de 290 km, prácticamente el mismo que llevan completando los profesionales desde 1907. Es, por tanto, una prueba cicloturista clásica, que logra que los practicantes de la bici, los “amatori” como dicen en Italia, sientan en sus piernas y en todos sus sentidos, lo que es disputar una de las carreras más legendarias del calendario ciclista.
Hay que señalar que, según la opinión de algunos que han participado, la organización vive un poco de la fama y la historia del recorrido, pero que deja bastante que desear en muchos aspectos. Tal vez sea el precio que hay que pagar para poder correr sobre un monumento.
Respecto a la Medio Fondo Milán San Remo, que organiza la propia Gazzetta dello Sport, es una de las tres pruebas que componen la “Challenge Gazzetta”. Las otras dos son la “Medio Fondo e Gran Fondo Giro d’Italia Dolomiti Stars” y la “Medio Fondo Giro di Lombardia”.
La prueba de primavera se organiza al día siguiente de la de los profesionales, y saliendo de San Remo recorre los últimos kilómetros de la “classicissima”, haciendo en total 110 km.
Por último hay que decir que la participación en 2007 en ambas pruebas ha rondado los 900 inscritos.
Información:
www.gazzetta.it/grandeciclismo/misa_index.shtml
http://www.ucsanremo.it/