martes, 23 de agosto de 2011

Ea-Ea 100


Ea es un pueblo de la costa de Bizkaia cuyo casco urbano principal es tan breve como su nombre, que seguro que estará entre los nombres de pueblos más cortos del mundo. Lo atraviesa un río en el que andan, que no nadan, unos patos. Además es un pueblo bastante desconocido para la mayoría de vizcaínos, porque no es un pueblo de paso a ninguna parte, es un pueblo al que se va, no por el que se pasa. Sus habitantes permanentes son pocos, aunque en verano está bastante animado. En la pronunciación del dialecto de euskera vizcaino que se habla en la zona, a Ea se le dice “Ie”. Dos vocales que se pronuncian con otras dos. Curioso.
Pero por muy poca gente que haya en Ea, no deja de ser un pueblo de Euskadi. Y como en todos los pueblos de Euskadi la afición al ciclismo es grande, y eso que para salir en bici de Ea no queda otra que subir cuestas.
Desde 1988 unos cuantos aficionados del pueblo vienen organizando la “Ea-Ea 100”, que es una excursión en bicicleta por esa zona de Bizkaia que totaliza 100 km. El recorrido es durillo pero muy bonito, pues se pasa por la margen derecha de la Ría de Mundaka (Reserva de la Biosfera de Urdaibai), viendo casi al amanecer la playa de Laga, una de las más bellas del mundo, más tarde se asciende por la bonita carretera del Balcón de Bizkaia, y luego se hace el “hamaiketako” (almuerzo de media mañana) en Nabarniz, otro pueblo al que pocos visitan.
En la edición de este verano, el 20 de agosto, fuimos unos veinte los participantes, la mayoría veraneantes y amigos (incluso un australiano residente en Gernika). Se echó en falta a las viejas glorias de Ea, los que iniciaron la tradición hace ya casi veinticinco años. El ambiente, como siempre, fue muy bueno, aunque cada año se nota que los jóvenes van subiendo el nivel y hay que apretar los dientes en más de una ocasión para seguir el grupo de cabeza en las subidas. Aunque, bien es verdad, se hacen varios reagrupamientos por lo que no hay tampoco ningún estrés entre los más lentos.
Hay que agradecer a Judith y a Eladio su seguimiento en coche, con bebidas y algo de comer. Otros años han sido dos más de la partida en la bici, pero este año prefirieron seguirnos en vehículo. Además, se encargaron de que al llegar nosotros a Nabarniz, las tortillas, el queso con membrillo y la cerveza con limón y el kalimotxo estuvieran sobre la mesa. La jornada fue muy calurosa, por lo que se agradecía el poder beber algo fresco nada más terminar la dura subida a Nabarniz.
Una vez en Ea, seguimos la tradición y todos los participantes firmamos en el libro que se ha ido guardando en un bar del pueblo desde 1988 mientras brindábamos por la agradable jornada vivida. Y el año que viene a por las bodas de plata.

2 comentarios:

Ernest dijo...

Hace 3 veranos pase por Ea haciendo cicloturismo de alforjas, siguiendo parte del libro de "Euskal Herria en bici" de www.bizibidaia.net
Recuerdo que nos tomamos un pincho y una coca-cola. Un pueblo muy curioso, lo recuerdo perfectamente. Tienes un Pais precioso.
:-)

Javier Sánchez-Beaskoetxea dijo...

Gracias Ernest. Bonito viaje el que hiciste.