Bueno, cómo pasa el tiempo. El número de la revista "Pedalier" que está en los kioscos ahora es el que sirve para celebrar el 5º aniversario de la aparición en escena de esta bonita revista especializada en cicloturismo.
Felicidades a Pedalier y a todos los que la hacen posible. Yo pongo a veces mi granito de arena, como en esta ocasión con este artículo que os copio aquí.
Cinco
Cinco lobitos tiene la loba, cinco añitos tiene Pedalier. Ay, qué bonito. Un lustro ya. Pero dejémonos de monsergas. Nosotros somos unos cicloturistas aguerridos, unos tipos duros y no nos va lo de ponernos sentimentales. A nosotros nos va la dureza, cuanto más duro mejor; los puertos, cuantos más y más empinados mejor; la resistencia, cuantos más kilómetros mejor. Sí, somos tíos duros, sobre todo mientras miramos la revista y vemos sus hermosísimas fotos, y más aún cuando alternamos con los colegas alrededor de una buena mesa. Entonces sale la raza que tenemos. Que uno dice que hay que hacer la Luchón Bayona, pues otro dice que en un día y volviendo en bici hasta casa; que otro prefiere la QH, pues hay quien dirá que eso es de niños, que hay que hacerla dos veces seguidas y después subir en bici a Panticosa aprovechando que está a un paso.
Así que nada de felicitaciones por el cumple de Pedalier. A lo sumo alguna sugerencia para que nos hablen de alguna zona de puertos más duros o de alguna marcha sobrehumana en los Andes o en el Himalaya, cuanto más dura mejor. Cinco veces más dura. Y si no existe que se la inventen, un artículo de esos de propuestas de aventuras. Ya habrá alguno dispuesto a hacerla realidad.
Y nada de soplar cinco velitas, lo que hay que hacer es resoplar en alguna rampa cinco veces para celebrarlo, y después bajar y volverla a subir cinco veces, que no se nos ha quedado bien memorizada y luego hay que contarlo a los colegas, a esos “nenazas” que sólo llanean y no salen si llueve un poquito.
Bueno. Ahora ya más en serio. Felicidades Pedalier, que cumplas muchos más y que estemos aquí para leerlo.
Cinco años para una revista de diez.
Hace cinco años, cuando cayó por primera vez en nuestras manos esta revista, muchos empezamos a amarla. Pero, parafraseando un viejo anuncio, hoy la queremos más que hace cinco años, pero menos que el año que viene. Espero que la crisis remonte de una vez y eso también se note en la revista, con más páginas, más reportajes y más propuestas para hacerla una revista aún mejor, cinco veces mejor.
Hace cinco años teníamos revistas que hablaban mucho de nuestro deporte favorito, el ciclismo, pero poco de nuestra actividad favorita, el cicloturismo. Pedalier vino para llenar ese hueco y vino para quedarse. Lo estábamos pidiendo. La pena es que hoy y aquí la apuesta es difícil. La gente ya de por sí gasta poco (salvo en bicis y en material ligero) y ahora con la crisis la cosa no está para tirar cohetes.
Por ello es de agradecer que una revista así viva cinco años celebrándolo y con ganas de seguir cinco y muchos más. Se lo merece. Los cicloturistas le hemos dado nuestro agradecimiento y deseamos que siga cada dos meses en el kiosco. Y si las cosas se arreglan, ¿por qué no cada mes?
¡Ay!, cinco años. Con cinco años muchos niños ya se estrenan en esto de los pedales, y si los padres son de los que leen Pedalier hay que pasarles el pañuelo por los morros para quitarles las babas viendo a sus retoños aprendiendo a dar vueltas en bici.
¿Quién sabe lo que ocurrirá de aquí a otros cinco años? Quizás al niño ya no le guste la bici, pero también puede ser que disfrutemos con él en Pirineos mientras le llevamos a ver el Tour.
Hemos de ser optimistas y pensar que dentro de cinco años estaremos aquí, leyendo Pedalier cada mes y disfrutando de las fotos y de las aventuras de la gente que escribe para nosotros. Incluso seguiremos realizando en persona algunas de esas aventuras sobre la bicicleta. Espero.
Cinco años. Cinco. Si este artículo lo firmara el Gran Wyoming el chiste fácil estaría asegurado. Así que, cinco, por el... Y ya sabéis el resto.
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