Uno de los mejores momentos de las salidas ciclistas es el momento de parar a tomar un cafecito (con un pincho de tortilla si el hambre aprieta) en algún bar a la mitad del recorrido.
Si voy solo me sirve para estirar un poco la espalda (que últimamente me da mucha guerra), tomar un respiro, echar una hojeada a algún periódico, y sobre todo para disfrutar del "dolce far niente" que dicen los italianos, o sea, de estar un ratito sin hacer nada. Una gozada.
Si vas con amigos en grupo es un momento ideal para hacer algunas risas y comentar algo entre todos, ya que cuando vamos en bici en un grupo grande es difícil hablar con más de uno a la vez y algunos no se enteran de los chistes o de los últimos cotilleos.
Para algunos es mejor hacer las salidas y los entrenos sin parar, comiendo sobre la bici alguna barrita y parando lo justo para llenar los bidones de agua. Yo no digo si es mejor una cosa u otra. Depende del día, de los objetivos deportivos que tengas, de con quién vayas, etc. Pero yo soy de los que paro a tomar un café en un bar incluso en plena "Quebrantahuesos". Me sienta bien, y uno de mis lemas es que lo que es bueno para la cabeza es bueno para el cuerpo.
La foto es del verano de 2008. Está sacada en Francia, en Rouffillac, cerca de Sarlat la Caneda, en el Perigord, una de las regiones francesas más bonitas y un lugar ideal para andar en bicicleta. La foto me gusta y el paseo que hice ese día fue muy agradable por una vía verde.
Lástima que el café en Francia no sea precisamente bueno.
