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Hoy,mientras veía la etapa del Tour de Francia en la televisión vasca ETB, Xabier Usabiaga (que por cierto, es de los comentaristas de televisión que más sabe de ciclismo seguramente en todo el mundo) ha defendido la idea que últimamente se oye mucho de que las grandes vueltas deberían reducirse a dos semanas. Es más, también ha dicho que etapas como la de hoy (un poco insulsa hasta la parte final) también deberían reducirse en longitud.
No lo decía Xabier por esa idea (falsa) que tiene mucha gente de que quitando dureza se limitaría la tentación del dopaje, sino porque así se adaptaría el ciclismo a los tiempos modernos, ya que la duración de tres semanas viene de la época histórica del ciclismo, y las carreras serían más disputadas y más interesantes.
Pues no puedo estar más en desacuerdo con esta idea.
Precisamente Xabier Usabiaga, un poco más tarde, ha estado hablando de corredores capaces de ganar muchas carreras pero que las grandes vueltas son otra cosa.
Y eso es precisamemnte lo que hace que los grandes corredores, los que son capaces de dominar las grandes vueltas, puedan hacer valer su diferencia. Una vuelta de dos semanas seguro que sería interesante y habría muchos corredores capaces de disputarla. Pero en una vuelta de tres semanas solo los mejores fondistas llegan al final con capacidad para marcar diferencias. Y eso es precisamente lo que hace que las tres grandes vueltas sean diferentes al resto. Para vueltas más cortas ya hay otras carreras.
Y lo de que la distancia es algo que viene del pasado, pues es cierto. Pero si se recortan las carreras es como si en atletismo se decidiera ahora que el Maratón pase a tener 30 km, ya que 42,195 km es algo que viene del pasado. Pues ya no sería un Maratón, como un Tour de dos semanas no sería un Tour.