Os subo hoy mi última colaboración para la revista "Pedalier".
AL MENOS DISFRUTAR
Casualidades de la vida, durante la última Vuelta Ciclista al País Vasco coincidí en un bar de Zalla con tres corredores italianos del Lampre. Yo me metí para tomar un bocadillo y un café, mientras me refugiaba de la lluvia y veía el final de la etapa por la tele tras haber seguido la etapa en coche desde la salida. Ellos se habían retirado al primer paso por meta (era la última etapa en línea y resultó muy dura por la lluvia y el recorrido) y se estaban recuperando tomando una cervecita (ya sabéis lo de que si una es buena...).
De repente uno de los corredores, el más veterano, habló con la camarera y ésta sacó una botella de “txakoli” de la zona y le sirvió una copa. Entonces me di cuenta de que este corredor, que hablaba castellano como si fuera de Madrid en lugar de italiano, no era otro sino Marzio Bruseghin.
Marzio es un corredor singular. Le gustan los buenos vinos y le gustan los burros, además de gustarle sus Dolomitas queridos.
Como quien no quiere la cosa, allí estaba yo hablando con él de ciclismo y de otras cosas. Un buen lugar para hablar de estos temas, un bar del País Vasco, a pocos metros de la meta de una carrera importante, rodeados de gente, y Marzio, siguiendo las recomendaciones de su compañero de equipo Patxi Vila, saboreando el “txakoli” de Bizkaia, mientras me recomendaba lugares para disfrutar de los Dolomitas.
La conversación pasó por la situación actual del ciclismo profesional, y me comentó que ahora no son buenos tiempos para los ciclistas, que se gana menos dinero que antes y que su imagen es peor, algo que los dos lamentamos.
Y en éstas, Marzio me dijo que en Italia hay un dicho que más o menos dice así: si un negocio no te da dinero, por lo menos que te permita disfrutar. Y en ello andaba el bueno de Marzio con la copa fresquita del “txakoli” en la mano mientras miraba la carrera por la tele.
Disfrutar. Tienen razón los italianos, y más en estos tiempos de crisis.
En nuestro mundo de las bicicletas, seguro que son muchos los que están notando estos tiempos extraños. Fabricantes, vendedores, talleres, ciclistas profesionales, auxiliares de equipos, periodistas, editores de revistas, organizadores de eventos o de viajes,... Quien más, quien menos, pocos son los que no notan que algo se ralentiza en este sector. Y es en estos momentos cuando esa filosofía italiana que me transmitió una persona reflexiva como Marzio cobra una importancia capital.
Quiero añadir aquí al dicho italiano una enseñanza que leí hace poco en un libro sobre los valores del liderazgo: incluso en los peores momentos, o más aún, en los peores momentos, es importante cuidar de nosotros mismos, pues mantener nuestra salud y nuestro equilibrio emocional hará que estemos al cien por cien cuando lo necesitemos, en lugar de estar al setenta por cien en todo momento.
No sé si a vosotros os pasará lo mismo, pero yo he tenido muchas veces mis mejores ideas y he solucionado muchas veces problemas complicados en mi vida personal o profesional mientras me daba una vuelta en bici yo solo. Por ello, si estáis con problemas en vuestro trabajo os será de gran utilidad el sacar un poco de tiempo (sirve con una hora o poco más) para coger la bici y dar una vuelta, que puede ser un paseo o una salida corta pero intensa. Vuestro negocio o vuestras labores no se van a ir al traste porque faltéis un rato, y es probable que al volver notéis una energía renovada o se os haya ocurrido alguna idea para dar un revulsivo a vuestra empresa, o a vuestra tienda, o para encontrar una solución a eso que os rondaba por la cabeza toda la semana.
¿De qué nos sirve lamentarnos de lo mal que van las cosas mientras damos vueltas en la cabeza todo el rato al mismo problema sin encontrar una solución porque nuestro cerebro está cada vez más espeso y es incapaz de pensar diferente? Puede que las cosas vayan mal porque la situación actual hace imposible que vayan mejor, pero si dentro de la seriedad con la que debemos afrontar nuestras obligaciones logramos sacar algo de tiempo para mantenernos en forma y para disfrutar de nuestro trabajo, eso que tenemos ganado. Muchas veces el ver las cosas con mejor actitud hace que las cosas vayan mejor.
Por ello hagamos como Marzio y busquemos lo positivo de las situaciones difíciles. Seguramente hay muchos compañeros de pelotón del italiano que no hace más que lamentarse de lo mal que está el ciclismo. Irán a las carreras y en el Hotel sólo hablarán con el masajista para quejarse de todo, no tendrán ganas de dar una vuelta por la ciudad en la que les toque dormir, y al llegar a casa saldrán a entrenar porque es su trabajo y no saben hacer otra cosa. Pero hay muchos que hacen como Marzio y disfrutan de los vinos y la gastronomía de cada sitio (por supuesto con mesura) y mientras disputan una etapa sacan un momento para mirar el paisaje por donde pedalean. Y luego, cuando salen a entrenar, disfrutan de poder cobrar por andar en bici, que es lo que más les ha gustado hacer desde que eran chavales.
Nosotros podemos hacer los mismo. Podemos seguir agobiados y malhumorados todo el día, o podemos pensar en positivo y decidir parar un momento para relajarnos y despejar la mente.
Tal vez no sean estos los mejores momentos para ganar dinero, pero podemos seguir disfrutando. ¿Qué elegimos?
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