¡Qué lástima lo de Boonen! Después de lo del año pasado, lo de su error con la cocaína mientras estaba de vacaciones tras su campaña de Clásicas y su exclusión del Tour con lo que ello significa para un corredor, va el bueno de Tom y este año cae en el mismo error.
Tom es un sprinter, es joven, un ídolo en su país, y le gustan los coches deportivos y vivir rápido, como en los sprints. Y como en los sprints, Tom asume riesgos en su vida, y a veces pasa lo que pasa.
Y es una lástima, porque para todos los que sentimos pasión por las Clásicas y por los clasicómanos, Tom Boonen es uno de nuestros ciclistas favoritos. Tom es pura potencia, como le define su compañero Carlos Barredo. Es elegante sobre la bici, y sabe mover su 1,92 y sus 80 kg. Y cuando empieza a dar cabezazos los demás saben lo que les espera y aprientan los dientes tratando de aguantar sus arranques bestiales.
Pero a Tom le falla un poco más de sentido común y de saber estar, tanto en las carreras como fuera de ellas. Lo del año pasado fue un error de juventud y ya lo pagó no corriendo el Tour. Y eso a un corredor de su clase le priva de apuntarse alguna etapa y aumentar su palmarés y su caché, y por lo tanto su cuenta corriente.
Por ello cuando sale la noticia de que Tom ha vuelto a tropezar con la misma "raya", uno de deja de pensar que qué pena de chaval. Parece que Boonen va a tardar en madurar todavía más tiempo. No sé qué castigo le impondran sus directores (o el juez, en su caso), pero parece que Tom está empeñado en que tengan que castigarle para aprender.
Espero, por su bien y para nuestro gozo, que esta vez el castigo le ayude a ser más sensato y a darse cuenta de que es un ejemplo para muchos jóvenes en Bélgica y fuera de Bélgica. Que se merece una juerga con sus amigos tras muchos meses de penurias para estar al 100% en la temporada de Clásica no se lo niega nadie, pero que se controle un poquito.
Ánimo, Tom. El año que viene de nuevo a por Flandes y Roubaix, pero con la cabeza en su sitio.
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