lunes, 30 de junio de 2008
La TRANSPIRENAICA de Giant Tours
Os pongo aquí un resumen de lo que será el viaje. Si te gusta no te olvides que estos días son los últimos para inscribirte. Venga, anímate.
Qué cicloturista no ha soñado despierto alguna vez con coger su bicicleta y hacer un viaje fantástico. Si cogemos un mapa de Europa, los Pirineos rápidamente nos llamarán nuestra atención, pues su nombre nos evoca grandes gestas del ciclismo mundial a lo largo de más de 100 años del Tour de Francia. Y al mirar ese mapa, a más de uno le entran ganas de montarse en su bicicleta y atravesar esta cordillera de ensueño de mar a mar subiendo sus puertos más míticos.
Con nuestra TRANSPIRENAICA, cualquier cicloturista tiene a su alcance el hacer realidad este sueño, pues nosotros le facilitaremos la organización, el transporte, el alojamiento y manutención, y cada cicloturista sólo se ocupará de disfrutar de cada etapa sin más preocupación que subir los puertos.
El viaje está repartido en un día de traslado desde Irun al Mediterráneo y en seis fantásticos días de regreso en bicicleta por las más famosas carreteras de los Pirineos franceses, siguiendo la carretera D-618 y la D-918 que atraviesan la cordillera desde Argelès-sur-mer a St. Jean-de-Luz.
Programa:
Domingo: Recogida del grupo en Irun, donde un autobús con remolque para bicicletas nos trasladará a Argelès-sur-mer, en el Mediterráneo. Comeremos en el viaje, en el Área de los Pirineos, junto al monumento al Tour de Francia, y al llegar nos alojaremos en nuestro Hotel (2*) para luego ir juntos a cenar.
Lunes: Desayuno y salida de la primera etapa hasta Mont Louis. En esta etapa se ascienden los puertos de Xatard y de Mont Louis. Nos avituallaremos en ruta y haremos dos paradas de reagrupamiento. Al llegar a Mont Louis nos alojaremos en nuestro Hotel (2*), donde cenaremos.
Martes: Tras el desayuno, reemprenderemos la marcha en esta segunda etapa, subiendo el Col del Calvario de Font Romeu y el Col de Puymorens. Haremos dos paradas para reagrupar y tomar algo. Al llegar a Foix iremos al Hotel (2*) para alojarnos y después saldremos a cenar.
Miércoles: De Foix seguiremos por la D-618 para subir el Col de Port. Luego enlazaremos las subidas del Portet de Aspet y del Col des Ares. Como todos los días, habrá avituallamiento en ruta y dos reagrupamientos. Llegaremos a Bagneres de Luchon, donde nos alojaremos y cenaremos en el Hotel (3*).
Jueves: Esta etapa será la etapa reina del viaje. Enlazaremos sin solución de continuidad el Peyresourde, el Aspin y el Tourmalet. El final de etapa será en Luz St. Sauveur, donde cenaremos en el Hotel (3*) en el que nos alojaremos.
Viernes: Último gran puerto del viaje, el Col d'Aubisque, al que llegaremos a través del Soulor. Luego rápido descenso y un terrenos más cómodo hasta Lurbe. Cena y alojamiento en el Hotel (2*).
Sábado: Etapa final. Hoy llegaremos al mar. De Mauleon subiremos el Col d'Osquich para pasar por Sant Jean Pied de Port. Luego seguiremos por tierras vasco francesas hasta San Juan de Luz, donde termina la D-918. Después seguiremos por la costa hasta Hendaya, donde tomaremos unas cervezas para festejar el viaje antes de ir al Hotel de Irun (3*) a ducharnos y a alojarnos. Después, haremos una última cena en amigable camaradería.
Domingo: Tras el desayuno regresaremos cada uno a su casa.
lunes, 23 de junio de 2008
Una Quebrantahuesos "diferente"
Una Quebrantahuesos “diferente”
A finales del año pasado, y tras un intercambio de mensajes en la Ciclolista (un Foro de Internet), unos pocos pirados empezamos a madurar a la idea de hacer una QH especial para fondistas como si de un Brevet de 400 km se tratara, esto es: darle dos vueltas seguidas al circuito.
Mensaje aquí; mensaje allá. Que si mejor salir a tal hora; que si parar en tales sitios; Que si primero la oficial y luego la segunda vuelta; que si primero de noche y luego la oficial;... En fin. La cosa se fue liando, incluso con el inicial beneplácito de un siempre dispuesto Roberto Iglesias –a la sazón, cabeza visible de la organización de la QH-, y en pocas semanas éramos un par de docenas los candidatos a ser analizados con especial detenimiento por el grupo de psicólogos que habitualmente se pasa por el pabellón de inscripciones de la QH.
Pero tan pronto como estas cosas se toman con gran entusiasmo por muchos, como la cosa decae en un olvido desalentador, y al ver que la aventura no iba a poder ser organizada de manera “oficial”, esto es, que no se iba a homologar como un Brevet o Ciclomaratón, muchos se fueron rajando y del tema casi se dejó de hablar.
Pero hete aquí que siempre hay algunos inasequibles al desaliento, y a falta de pocas semanas para la cita, tres valientes mantenían las espadas en alto para intentar la osadía de duplicar la mítica, y para muchos durísima, Quebrantahuesos.
Tres no es un número muy grande, y es difícil casar los horarios, planes y gustos de todos. Si además le sumas que dos eran de Madrid y el tercero (un servidor) es un vasco de esos a los que les gusta ir a su aire, pues finalmente nos encontramos con que de tres personas salen dos expediciones diferentes. Por un lado la madrileña, que iba a salir a las 10 de la noche del viernes en el sentido de la marcha para luego ir por detrás de la misma el sábado (no tenían dorsal oficial); y por otro lado la micro expedición vasca (de Bilbao para más señas, con lo que todo queda explicado), que iba a tomar la salida a las 18:30 en el sentido inverso a la marcha, para llegar antes de la salida oficial con la intención de desayunar y descansar un poco antes de dar la segunda y definitiva vuelta.
Crónica de la 1ª Expedición bilbaina a la QH nocturna
La tarde del viernes a la hora de salir en busca de mi destino hacía mucho calor. Comencé el pedaleo a la hora prevista, tras preparar minuciosamente la bicicleta con dos juegos de luces delanteras y dos traseras y con prendas reflectantes. Además, llevaba algo de comida y un tubo de vaselina pues ya que el forúnculo que arrastro desde hace días me iba a dar por ahí, por lo menos que no me duela.
La subida hacia el Portalet tarda en hacerse notar, así que esos primeros kilómetros son muy cómodos. Tan sólo el calor es molesto, pero a esta hora sabes que no va a durar mucho, aunque empiezas a pensar en lo que será al día siguiente.
El paso del túnel de Escarrilla lo tengo que hacer por fuera, con lo que disfruto de unas vistas que casi ningún participante de la QH ha visto nunca y que me hacen estar satisfecho de este cicloturismo alternativo. Voy contento y con decisión, y me animo al ver que las nubes que en Sabiñánigo amenazaban tormenta han desaparecido.
Poco a poco se me termina el Portalet. Arriba ya no hace calor, aunque tampoco hace nada de frío, y nada más coronar me doy el primer susto del día. Siguiendo mi detallada planificación de la aventura (ya sabéis eso de que cuanto más loca sea la aventura, más cuerdo ha de ser el aventurero), tenía previsto cenar en una de la Ventas del Portalet y comprar un bocadillo para la noche, pero me quedo helado al ver que todas las Ventas de la parte española están cerradas y no se ve un alma. Cuando ya estoy casi pensando en que voy a tener que retroceder hasta Formigal (pues no me atrevo a bajar hacia Francia sin cenar a estas horas y acabar de madrugada apajarado en cualquier rincón), voy al único restaurante que hay en la vertiente francesa y por suerte está abierto.
Ceno como un señor: sopa de verduras, paella, pastel de manzana y un café. Además, me hacen un bocadillo para llevar e incluso aprovecho para ir al servicio con comodidad.
¡Qué placer! Un atardecer bonito en mitad de la montaña, el estómago lleno, la bici a punto y toda la carretera y la noche para mí solo. ¿Qué más se puede pedir?
Cuando comienzo el descenso son las 10 menos cuarto y aún es de día. Es la ventaja de hacer este recorrido nocturno en la noche más corta del año, pues justo esta madrugada es el Solsticio de Verano. Además, según mis cálculos, no tardará mucho en salir la Luna, que está casi llena. La noche perfecta.
Voy bajando cada vez con más ánimo. La poca niebla que había arriba se disipa enseguida, y pongo las luces más por precaución que otra cosa, pues casi hasta que llego a Laruns a las 10 y media de la noche, el crepúsculo me muestra claramente la carretera.
En Laruns me paro a quitarme ropa, pues el frío que pensaba que iba a tener se ha tornado en sofoco y aprovecho para tomarme una coca-cola en una terraza en la plaza, mientras algunos paisanos me miran raro.
Después sigo mi marcha y rápidamente llego al inicio del Marie Blanque. Ahora ya es de noche cerrada y eso me ayuda a no ver las pendientes, aunque por esta vertiente son mucho menos letales que por el otro lado. Al de poco de iniciar la subida me paro a quitarme más ropa pues estoy sudando a chorros. Sigo piano piano para arriba y antes de darme cuenta me encuentro llaneando en el Plateau de Benou.
En ese instante, justo a la medianoche, sale la Luna tras las montañas. Mis cálculos eran buenos, pero estaban hechos para un horizonte horizontal, y aquí, en medio de los Pirineos, lo del horizonte tira más a vertical y a la Luna le cuesta alzar el vuelo.
Ruedo ahora tranquilamente por lo que dentro de unas horas será un bullicio de bicicletas y de ciclistas pidiendo agua y comida. Cómo cambia el paisaje. Sólo oigo algún cencerro de unas vacas fantasmas, y la neblina se levanta de entre los prados llenando de un aura mágica el entorno que me envuelve. Me da pena que se termine.
Tras un par de kilómetros más subiendo, corono el Marie Blanque. Me abrigo un poco, pongo la luz potente y desciendo con seguridad siguiendo la línea de vida en la que se convierte la señalización horizontal del puerto que me indica el centro de la carretera.
Bajo sin problemas, mucho mejor de lo que esperaba y en un abrir y cerrar de ojos (aunque no los cierro mucho para no quedarme dormido) estoy en Escot. Me paro a coger agua y comienzo lo más duro de la noche, que será la subida al Somport, larguísima por esta vertiente.
Al principio la carretera es cómoda, se sube poco a poco y hay muchos tramos casi llanos. Pero no tarda en aparecer el verdadero Somport, y llega un punto en el que ya dejo de usar el plato grande, signo inequívoco de que la pendiente va aumentando.
Ahora comienzo a pensar en la expedición madrileña, pues si han cumplido el horario de salida no tardaremos en cruzarnos.
Me paro en un pueblo a quitarme algo de ropa, y sigo tranquilamente hacia arriba. He sido generoso con los cálculos sobre lo que puedo tardar en completar el recorrido y no tengo prisa. Luego, en una zona oscura aparecen unas luces extrañas que se paran al ver las mías. Son las dos y media de la madrugada y los tres expedicionarios paramos un poco a darnos ánimos mutuos. Ellos bajan con frío mientras yo estoy algo acalorado, pero parece que los tres vamos con la moral bien alta. Enseguida seguimos cada uno por su camino, y de nuevo voy solo.
Sigo subiendo, siempre subiendo. A ratos la Luna me ilumina tanto la carretera que casi sobran las luces, pero en otras ocasiones las montañas me hacen sombra y apenas se ve nada.
Y cuando me quedan unos diez kilómetros para alcanzar la frontera del Somport, se produce un hecho que marcara mi expedición: me empieza a doler terriblemente la rodilla, pero la rodilla buena, no la izquierda que la tengo lesionada crónicamente desde hace años y a la que ya conozco cuando se queja.
Me detengo, estiro un poco y vuelvo a montar. Pero vuelven los dolores, intensos y agudos y que además no provienen de un punto concreto. Debo pararme de nuevo y me subo las perneras, no vaya a ser que se me hayan quedado las rodillas frías y sea eso lo que me esté dañando. Pero tras montar otra vez, sólo soy capaz de avanzar una centena de metros sin tener que bajarme una vez más.
Decido seguir un rato caminando bajo la Luna. Tras unos 500 metros estiro un poco más la rodilla y me subo de nuevo a la bicicleta. Ahora parece que me aguanta sin dolor y puedo seguir ruta, aunque ya casi estoy decidido a retirarme nada más llegar al Hotel, pues no quiero lesionarme.
Se me hace largo lo que queda hasta el Somport porque con cada pedalada que doy tengo miedo de que se me reproduzca el dolor. Por suerte corono el puerto sin más contratiempos.
Son las cuatro y veinte de la mañana cuando entro en España. Me paro un momento a abrigarme y bajo con cuidado pero bastante rápido. En Canfranc aprovecho una parada para estirar un poco y coger agua, y luego sigo hacia Jaca a buen ritmo.
Mientras pienso que la cosa va a mejor y que tal vez pueda intentar aunque sea hacer la Treparriscos, la luz de la Luna y las rectas de la carretera me animan a ir a una velocidad casi como si fuera de día, pero en medio de una recta, y cuando circulaba a unos 40 km/h oigo unas pezuñas resbalando en medio de la carretera mientras una sombra negra pasa junto a mí dándome un susto de muerte. No sé si era una cabra o un jabalí. Sólo sé que estaba en mitad de la carretera, que no lo había visto, y que si se llega a mover hacia mi trayectoria ahora estaría en el suelo. Me quedo con el susto en el cuerpo y ahora ruedo con más atención. Por suerte enseguida empezará a clarear.
Tras pasar Jaca la rodilla me da un último aviso de que no debo seguir, ni siquiera en la Treparriscos. Así que ruedo ya tranquilo hacia Sabiñánigo, aunque ahora me pasan continuamente coches de gente que ya va hacia la QH.
Llego a las 6 de la mañana al Hotel. Voy directo a desayunar y luego me ducho y me acerco a ver la salida de la marcha.
Es cierto que no he hecho la doble QH, pero sí creo que he cumplido el reto, pues en este tipo de aventuras es más difícil dar el primer paso que después cumplir los planes, y creo que el hecho de salir solo, de noche y con la clara intención de intentarlo ya es un éxito, ya has afrontado el reto de intentar hacerlo. Y además, con la experiencia de este año, quién sabe, quizás el año que viene...
En fin. Hoy va a hacer mucho calor. De buena me he librado.
(PD.: La expedición madrileña llegó a Sabiñánigo después de que ya había salido todo el mundo, y tras hacer a su aire la segunda vuelta, terminaron casi a las 9 de la noche. Enhorabuena campeones).
domingo, 22 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (VI)
JULIAN SANZ FINALIZA CON ÉXITO LA RACE ACROSS AMERICA
Después de recorrer 5.000 kms. a través de los Estados Unidos, cruzando los desiertos de California por carreteras infinitas, subiendo las montañas de Colorado, atravesando las extensas llanuras de Kansas y haciendo frente a las pronunciadas subidas y bajadas del centro soportando a veces variaciones de temperaturas de 35 grados el mismo día e intentando sobrellevar y hacer frente de la mejor manera posible a todo tipo de imprevistos, Julián se enfrentó a la recta final realizando un esfuerzo sobrehumano por intentar recorrer los kilómetros restantes en el menor tiempo posible a fin de recortar las 3 horas que le separaba del 5º puesto, sin embargo el riesgo tomado con el aumento del ritmo y restando horas al sueño produjo un inesperado ataque de sueño a menos de 100 kms. de la meta que se trató de superar con cortos sueños de media hora pero sin que diese el resultado esperado, finalmente el tiempo perdido fue de 4 horas. El tiempo final invertido ha sido de de 10 días 23 horas 37 minutos, consiguiendo un 8º puesto a tan solo 3 horas y media del perseguido quinto puesto. En los 27 años de historia de la Race Across America sólo 200 corredores han conseguido completar la prueba ciclista más dura del mundo.
Ha sido una satisfacción muy grande haber formado parte de esta aventura y haber ayudado aunque sea un poquito a que Julián, protagonista indiscutible de toda esta historia, vea cumplido su sueño de tomar parte en la Race Across America, y que al final se ha convertido en una experiencia inolvidable para los que hemos tenido la suerte de poder acompañarle.
Desde aquí dar las gracias a todos los que han hecho posible que Julián y su tripulación puedan cruzar el charco y embarcarse en esta gran aventura.
Volvemos a la vida real!
jueves, 19 de junio de 2008
Vuelta a Suiza: ¡menudo susto!
La Vuelta a Suiza de este año está resultando muy entretenida. El bonito sprint de Freire del primer día; el fantástico triunfo de Igor Antón en la segunda etapa delante de grandes campeones, con el consiguiente logro del maillot amarillo que va defendiendo dignamente; y los sprints de McEwen, han hecho interesantes los finales de etapa que nos ofrece ETB.
Pero la etapa de ayer se llevó la palma. Era un final complicadillo y Antón se había quedado sin compañeros de equipo. Así las cosas, una escapada de Frank Schleck acompañado por Fothen, estaba poniendo en apuros el liderato del escalador del Euskaltel Euskadi. Y cuando a falta de unos cuatro km para la meta Schleck desapareció tras un quitamiedos al perder el control de la bici, el corazón nos dio un vuelco y pensamos lo peor. Yo me acordé del chico que falleció en la bajada del Somport hace dos años en la Quebrantahuesos. Aquél cayó por un barranco muy alto a una zona rocosa, y tras la valla por la que desapareció el mayor de los hermanos luxemburgueses no se sabía lo que había. Por suerte unos larguísimos segundos después la imágenes nos mostraron a Frank Schleck ya en la carretera. Había caído en una zona boscosa y un árbol frenó su caída y al final llegó a meta besando una medalla y sólo con algunas magulladuras.
Menos mal. ¡Qué alivio!
Por su parte Igor Antón está haciendo una carrera bonita e inteligente. Está muy en forma, y como no va a correr el Tour se puede permitir el lujo de no escatimar esfuerzos cuando hace falta.
Hoy he leído en la prensa vasca que Igor dice que el recorrido que queda le favorece y que no ve imposible ganar la carrera. Así me gusta, Igor. Ya es hora de mostrar un poco de ambición y pasar la fase de ir a las carreras a aprender poco a poco. Igor ya ha ganado carreras importantes, y no creo que tardemos en verle ganar cosas más importantes aún.
Creo que ya ha aprendido lo necesario.
miércoles, 18 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (V)
Aquí va la última crónica recibida del equipo de nuestro Julián.
17 – Junio – 2008
A POR TODAS
Después de la caída sufrida a primera hora de esta mañana antes de llegar a la Time Station 37 en Sullivan, Indiana, Julián lleva un vendaje en su brazo izquierdo y algún que otro rasponazo pero esto no le ha impedido volver a subirse en la bici y continuar aunque sí que se encontraba más incómodo en ella y no lograba encontrar una postura en las primeras horas de la mañana.
Tras realizar por primera vez un descanso de 2 horas seguidas a medio día ha sido capaz de volver a realizar una de las etapas más bonitas volviendo a disfrutar del recorrido y manteniendo una media sobre la bici de 25 kms/hora durante el resto de la jornada. Los kilómetros que faltan son en su mayoría subidas y bajadas, según la organización la parte más dura, sin embargo es algo más parecido a lo que Julián está acostumbrado y donde se encuentra más a gusto que en las interminables rectas del comienzo.
Quedan 814 kms. para llegar a Anápolis, donde se encuentra este año la meta, por lo que la intención de Julián es poder realizar hoy día 17 una jornada superior a 450 kms. para poder terminar el día 19 de madrugada y hacer esos últimos kilómetros más relajado. No nos cabe la menor duda de que puede conseguirlo ya que ahora mismo se encuentra en su mejor momento.
Ir en el coche de seguimiento detrás de Julián es una dura tarea por las largas horas detrás del volante, a base de cafés y coca- colas para intentar mantener los ojos abiertos, pero a la vez muy bonita y gratificante, sobre todo cuando ves lo a gusto que se encuentra, a veces parece que simplemente ha salido a dar un paseo. Además emociona ver cómo a lo largo del recorrido la gente saluda o anima a Julián levantando el dedo pulgar o con el puño cerrado como diciendo….ánimo!!! Muy bonito.
Para muchos esto puede parecer una locura pero para Julián es un sueño hecho realidad cuyo final está cada vez más cerca y estamos seguros de que va a conseguir sorprendernos una vez más.
martes, 17 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (IV)
Hoy día 17 de junio de madrugada Julián ha sufrido una pequeña caída seguramente debida al cansancio, y aunque sólo tiene algún rasponazo esto le ha dejado un poco decaído.Los ánimos de la tripulación y de algunas personas que se acercan le son de gran ayuda y es que ya empieza a tener seguidores aquí como por ejemplo el interés despertado por dos jóvenes de 17 y 14 años que le pidieron un autógrafo con un aire de timidez y educación que hizo que se ganaran toda nuestra confianza. Finalmente, Julián les regaló unas camisetas firmadas a cada uno y cuya cara de felicidad queda constancia en una de las fotos.
domingo, 15 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (III)
LLEGAMOS AL ECUADOR DE LA CARRERA
Hemos alcanzado ya a la mitad del recorrido en Kansas, más concretamente en Wichita, donde nos ha tenido que abandonar por motivos de trabajo Gotzon Achaerandio, nuestro osteópata, ya que este mismo lunes y sin aún suficiente tiempo para recuperarse del viaje volverá a tener abiertas las puertas de su consulta en Llodio.
La marcha de Gotzon, aunque ya estaba prevista, reduce nuestro tripulación con lo cual contamos con un conductor menos para repartirnos los 2.252 kilómetros que faltan. Largas horas que pasarán delante del volante a base de cafés para mantenerse despiertos y vigilar a nuestro corredor en todo momento. Esta noche, sin ir más lejos, Alberto, uno de los miembros de la tripulación ha estado 19 horas conduciendo el coche de apoyo detrás de Julián.
Las primeras horas de la mañana son en las que Julián se encuentra más a gusto pero en cuanto comienza a subir la temperatura la pedalada se hace más lenta, sus piernas se hinchan y el calor acaba agobiándole, lo cual le impide disfrutar y mantener una velocidad constante. Y es que desde que comenzó la carrera durante el día esto es lo más parecido a un horno ya que la temperatura no ha bajado de los 38 grados. Pero todos sabemos que en su cabeza no hay distancias, ni tiempo ni existe una meta. El tiene una estrategia mental muy particular para superar todos estos malos momentos, “cuando vas bien piensas en llegar a la siguiente Time Station, si vas un poco peor si vas un poco peor piensas en llegar a la siguiente curva, y cuando la cosa se complica la concentración es más hacia dentro y se va limitando a metas más pequeñas, centrando sus pensamientos a cosas más simples y cercanas como en mantener el ritmo de la respiración o en la pedalada” y siempre y ante todo seguir, seguir y seguir.
Ayer, tal y como teníamos previsto, realizó la primera parada para descansar a las 9 de la noche para dormir 1 hora, momento en el que Antonio aprovechó para darle un masaje y relajar sus piernas. En ese tiempo el resto de la tripulación, y siempre siguiendo las indicaciones de Iñaki y Juan Carlos, realizan los preparativos necesarios para que todo esté listo y preparado cuando Julián despierte: comprueban la bicicleta, organizan la ropa que se tiene que poner y ordenan la comida que Aida les ha preparado para que lleven en ruta donde además les incluye comida preparada patrocinada por ISABEL y barritas de HERO. La siguiente parada fue de 30 minutos a las 2 de la mañana y la última a las 5:30 durante 2 horas.
En el momento Julián está en 5ª posición y detrás de Robic, Haasen, Pattinson, Jackob a muy poca distancia por Preihz, el corredor austriaco que sufrió un accidente al chocar con una señalización de unas obras hace pocos días y que se ha reincorporado nuevamente a la carrera para sorpresa de todos.
DATOS TÉCNICOS
Media de velocidad día: 19 kms/hora
Kms. recorridos día: 375
Kms. totales recorridos hasta el momento: 2.654
Kms. restantes: 2.252
Tiempo parada: 3 horas y 30 minutos
Puesto: 5º
Penalizaciones: 0
sábado, 14 de junio de 2008
Cumpleaños
viernes, 13 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (II)
Nueva crónica que me llega fresquita desde Kansas (EE.UU.).
¡Qué tío este Julián!
13 – Junio – 2008
JULIAN ENTRA CON BUEN PIE EN LA RAAM
La jornada de ayer estuvo marcada por el accidente de Preizh, al chocar de frente con una señal de obras. El libro de ruta con el que seguimos el recorrido informa de cualquier peligro o imprevisto que nos podamos encontrar en la carretera para que circulemos con precaución, ya que cualquier despiste, por pequeño que sea, puede poner fin a tu participación en la RAAM tal y como le ha sucedido al austriaco, y más cuando se llevan tantos kilómetros recorridos y sueño acumulado.
Atravesamos ahora el estado de Kansas y tal y como ha sucedido en días anteriores Julián ha mantenido una velocidad constante de 24 kms/hora durante el día. El libro de ruta indica que el recorrido es descendente pero en la realidad nos damos cuenta que no es así ya que tenemos continuas subidas muy tendidas y alguna que otra bajada. Al anochecer su cuerpo se vuelve a resentir con lo que realiza una primera parada donde duerme 25 minutos. Más adelante y viendo que esta no ha sido suficiente vuelve a dormir otra hora más. Una vez en ruta, le cuesta volver a coger el ritmo pero gracias a los ánimos de su tripulación y aconsejado por uno de nuestros jefes de la misma, Iñaki Murillo, decide seguir adelante, consiguiendo en pocos minutos recuperar el ritmo de nuevo y vencer al sueño sorprendiéndonos a todos una vez más su capacidad de superación. Para intentar evitar estos bajones se decide establecer una rutina de sueño a las 4 de la madrugada y a las 9 de la noche, momentos en los que la autocaravana estará en las cercanías del coche de apoyo para que realice estos descansos lo más cómodo posible.
Después de la noche tan dura que pasó ayer Julián se coloca en 3ª posición cuando ya lleva recorridos 2.243 kilómetros situándose detrás de Robic, Haasen y seguido a poca distancia por Pattinson. Hasta ahora su puesto ha variado constantemente pero aún así ha conseguido siempre mantenerse entre los primeros, con lo cual la emoción y el asombro de todo aquel que sabe que es la primera vez que participa es mayor. Tal y como cita un comentario en la página web de la RAAM: “todos los años hay alguien que toma parte por primera vez en la Race Across America y pueden hacerlo bien o hacerlo mal, pero solo muy de vez en cuando alguien lo hace causando tanta sensación como Julián”
Hay que destacar que la ropa con la que Julián compite por primera vez en la RAAM ha sido realizada por MAGLIA SPORT en quienes ha depositado toda su confianza tras el excelente trato y la perfecta y rápida confección tanto de su equipación como la de la tripulación que le acompaña. Los culotes son de la marca ASSOS tras la buena experiencia y resultado del año pasado en Le Tour Ultime
Continuamos nuestro camino y nos dirigimos a Pratt en Kansas donde nos han avisado del peligro de fuertes tormentas.
www.juliansanz.com.es
Más información en www.raceacrossamerica.org
DATOS TECNICOS
Media de velocidad 5º día: 24 kms/hora
Kms. recorridos día: 474
Kms. totales recorridos hasta el momento: 2.243
Kms. restantes: 2607
Tiempo parada: 1 hora y 30 minutos
Puesto: 3º
Penalizaciones: 0
jueves, 12 de junio de 2008
RAAM 2008: La odisea de Julián Sanz (I)
LA NOCHE MAS LARGA
Atravesamos Colorado y nos adentramos en el estado de Nuevo Mexico. El paisaje cambia drásticamente pasando del tono amarillento del desierto al más vivo y verde de los colores de las llanuras de Nuevo Mexico. La organización vuelve a advertirnos de la presencia de fuertes vientos en Cimarron. Durante bastantes kilómetros se enfrenta a un fuerte viento en contra variando éste en función de la dirección de la carretera. Aún así, Julián nos sorprende consiguiendo rodar a una velocidad constante manteniendo una media de 15,5 kms/hora a pesar de haberse enfrentado a una de las subidas más fuertes de la RAAM, La Manga Pass, en Colorado.
Sin embargo, el cansancio y el sueño acumulados durante estos días empiezan a pasarle factura y al llegar las 10 de la noche realiza la primera parada del día para dormir 1 hora dentro de la autocaravana que le estaba esperando. En ese momento la tripulación permanece en absoluto silencio para que el descanso sea completo y efectivo. Al despertarse, y aún no habiéndose recuperado del todo, decide volver a subir a la bicicleta pero tras unos pocos kilómetros Julián sufre la primera crisis de sueño sobre la bici a pesar de realizar verdaderos esfuerzos por intentar mantener los ojos abiertos y animado por la tripulación. Necesita dormir otra media hora más por lo que la furgoneta realiza una parada para ello, reanudando la marcha de nuevo. Tras 30 minutos pedaleando la crisis de sueño se acentúa por lo que aconsejado por la tripulación accede a dormir una hora más. Esta situación beneficia a los 3 corredores que vienen tras él.
A partir de aquí el recorrido transcurre por varios descensos, que al contrario de lo que pensamos, a pesar de facilitarle la pedalada y recuperar así el tiempo perdido le resultan monótonos y el sueño vuelve a hacer su aparición, haciéndosele los últimos 15 kms. hasta la siguiente Time Station interminables. En estos momentos es donde se nota el apoyo y la implicación de la increíble tripulación que va tras él, llegando uno de ellos a correr junto a él durante un tramo para evitar que se duerma.
A pesar de haber pasado una de las noches más duras Julián continúa con buen ánimo y sin ningún problema físico salvo una pequeña molestia en la garganta que aumenta con las bajas temperaturas de la noche y que está siendo tratada por nuestra médico.
En cuanto a la alimentación, además de la pasta y arroz, Julián la complementa con barritas, geles energéticos y bebidas isotónicas de POWERBAR.
La situación de la carrera a las 10 de la mañana del día 12 de Junio Julián está en 5º posición detrás de Jure, Haase y Pattinson y Preihs.
http://www.juliansanz.com.es/
Más información en http://www.raceacrossamerica.org/
Media de velocidad 4º día: 15,5 kms/hora
Kms. recorridos día: 372
Kms. totales recorridos hasta el momento: 1877
Kms. restantes: 2.973
Tiempo parada: 2 horas y 30 minutos
Puesto: 5º
Penalizaciones: 0
Este tercer día de carrera transcurre sin mayores complicaciones. Tras los 1503 kilómetros que lleva recorridos Julián consigue mantener una velocidad media constante de 21 kms/hora. Hemos atravesado Colorado donde el recorrido ha estado marcado por constantes subidas y bajadas que Julián ha superado sin dificultad a pesar de los fuertes vientos de los cuales ya teníamos constancia gracias a que la organización nos avisa con antelación de cualquier problema que podamos encontrarnos en el camino (obras, problemas meteorológicos…)
La temperatura por la noche ha descendido 35 grados llegando a los 3 grados lo cual hace que tanto Julián como la tripulación que va detrás pasen momentos realmente duros. La tripulación le proporciona caldos y comida caliente que han sido previamente preparados por Aida, nuestra cocinera, aunque el intenso frío hace que sea casi imposible mantener el calor. Sus piernas también se resienten pero nada que no pueda solucionarse con un masaje casi mágico de nuestros fisioterapeutas, Antonio y Gotzon. Julián mantiene siempre el buen humor y es que no son sus piernas lo que van a llevarle a meta sino su carácter optimista y fuerza mental que no dejan de sorprendernos a todos.
Hoy ha realizado dos pequeñas paradas para dormir, una de 20 minutos y otra de 10, y es que durante estos primeros 4 días su intención es dormir lo menos posible, tal y como tenía pensado en un principio, y lo está consiguiendo. La alimentación que lleva es una alimentación sólida a base de hidratos de carbono (pasta, arroz…)
Durante el recorrido hay que destacar el interés y la amabilidad de la gente con la que nos cruzamos ya que al ver la autocaravana con las pegatinas de la RAAM se interesan tanto por la prueba como por el corredor así que nos pasamos un buen rato resumiéndoles en qué consiste y una vez ha desaparecido su cara de asombro siempre se despiden con un “Good Luck!” que nos deja un muy buen sabor de boca. Nosotros aprovechamos cualquier oportunidad para promocionar el Pais Vasco ofreciéndoles nuestros catálogos (“Basque Country with pleasure”) gracias al GOBIERNO VASCO. La verdad es que tanto los oficiales de la carrera, voluntarios y gente de las poblaciones por las que pasamos nos están ayudando siempre que tenemos un problema, y es que aquí hasta lo más sencillo como puede ser conseguir agua para llenar el tanque de la autocaravana se convierte en toda una odisea digna de contar.
Todo lo que se diga de la RAAM y trate de explicar la dureza de esta prueba es poco y es que desde aquí se vive realmente el tremendo esfuerzo que realizan. Hay que ser un valiente para tomar parte en esta carrera pero para hacerlo con la con una constante sonrisa y humildad como lo hace Julián hay que estar hecho de una pasta especial.
DATOS TECNICOS.
Media de velocidad 3º día: 21 kms/hora
Kms. recorridos 2º día: 500 kms.
Kms. totales recorridos hasta el momento: 1.503
Kms. restantes: 3.347
Tiempo parada: 30 minutos
Puesto: 2º
Penalizaciones: 0
TODO MARCHA SOBRE RUEDAS PARA NUESTRO CORREDOR
Julián continúa su andadura por tierras americanas con la misma fuerza que el primer día, aunque esta noche lo ha pasado regular debido al brusco cambio de temperaturas que hay en el desierto de Arizona, ya que durante el día se han vuelto a alcanzar los 38 grados y por la noche ha bajado hasta 4. No sabemos si este puede ser el motivo por el que ha tenido algunos problemas estomacales que aunque no han sido importantes sí le han impedido llevar durante el día una alimentación adecuada, pero gracias a nuestra médico June, estos problemas han desaparecido completamente.
Más tarde nos hemos enterado de que no ha sido el único al que le ha sucedido esto. Para la tripulación es muy duro verle sufrir de esta manera pero cada vez que realiza una parada para dormir, por muy pequeña que sea, vuelve a coger la bici totalmente recuperado.
Durante estas últimas 24 horas Julián ha realizado 3 pequeñas paradas para descansar y donde Antonio, el fisioterapeuta, ha aprovechado para darle unos masajes de descarga en las piernas. La parada más larga ha durado 30 minutos aprovechando también para darse una merecida ducha.
Momentos antes de esta última parada la situación de la carrera era la siguiente: Jure Robic iba en primer lugar, liderándola hasta el momento como era de esperar, en 2º lugar estaba el austriaco Gerhard Gulewicz y Julián continuaba 3º pero el destino ha querido que la situación cambio debido a una tremenda caída que ha sufrido Gulewicz y de la cual Julián y la tripulación han sido testigos directos, ya que iban únicamente a 100 metros detrás de él. Lo que ha sucedido es que al ir a quitarse el maillot éste ha quedado enganchado en los radios de la bici y la caída ha sido tremenda sufriendo un traumatismo craneal y una fractura abierta en la cara que no tenía muy buen aspecto.
Esta situación hace que Julián ahora se coloque en 2º posición detrás de Jure Robic, aunque éste le saca una ventaja de 6-7 horas aproximadamente. La caída de Gulewicz nos ha sorprendido a todos a pesar de ser uno de los máximos rivales de Julián. En el hotel hemos mantenido alguna conversación con él en la que nos comentaba que se encontraba bastante nervioso.
Esta noche hemos atravesado una de las zonas más curiosas del recorrido que es Navajo Nation, el pueblo nativo norteamericano más numeroso, una nación que incluso tienen su propio Presidente. La Organización nos ha advertido de que hay que ser muy respetuosos con sus costumbres y su cultura quedando prohibido poner música alta o sacar fotos sin su permiso.
Ahora mismo estamos atravesando Monument Valley uno de los paisajes más impresionantes que hemos visto hasta ahora, una zona árida pero rodeada de gigantescas montañas que adoptan formas muy peculiares y donde Julián tendrá que volver a enfrentarse a temperaturas muy altas, intentando protegerse del ellas hidratándose en todo momento y con un pañuelo que le cubre la boca y la nariz tal y como nos han aconsejado para evitar que el intenso calor pueda llegar a quemar sus pulmones.
Muy pronto entraremos en el estado de Colorado. Aún tiene por delante 3.808 largos kilómetros.
http://www.juliansanz.com.es/
Más información en http://www.raceacrossamerica.org/
PRIMERAS 24 HORAS
A punto de cumplirse las primeras 24 horas de carrera Julián continúa imparable haciendo frente a las altas temperaturas del desierto, atendido en todo momento por la tripulación ante la primera señal de que necesita cualquier cosa.
Una vez atravesado el desierto de California donde la temperatura ha llegado a los 38 grados nos hemos adentrado en el desierto de Arizona donde le esperaban dos grandes subidas, la primera de ellas era Yarnell grade, una de las partes más difíciles del recorrido y la siguiente en Prescott. Aún así ha consiguiendo mantener una media de 21 kms durante los 521 kms. que lleva recorridos.
Hasta el momento no ha notado ninguna molestia física por lo que no está dando mucho trabajo a nuestros fisioterapeutas, únicamente algún pequeño masaje para relajar las piernas.
Debido a que en esta zona de desierto hay poca cobertura estamos teniendo problemas con los móviles, tanto para comunicarnos entre nosotros como para llamar a las oficinas centrales y en la Time Station 5 (Congress) la organización nos ha dado la noticia de que, muy a su pesar ya que Julián va en estos momentos en tercer lugar y a muy buena velocidad, nos han penalizado con 15 minutos por no informar a tiempo de la llegada de Julián a ese punto, ya que si no existe cobertura es necesario buscar otro teléfono que esté disponible antes de 30 minutos. La tripulación intentamos no darle a Julián este tipo de detalles para evitar que puedan influirle y ahora mismo se dirige a la Time Station 7 en Cottonwood.
La inmensidad del paisaje de toda esta zona es sobrecogedora. Miras al horizonte y no se ve final. Es increíble la fuerza mental que tiene que sacar Julián para hacer frente al hecho de pedalear y no llegar a ver nunca una meta, un final , un punto al que llegar y poder decir …”hasta allí”.
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Más información en http://www.raceacrossamerica.org/
DATOS TECNICOS:
Media de velocidad: 21 kms/hora
Kms. recorridos hasta la TS 7: 699
Kms. restantes: 4.123
Tiempo parada: 17 minutos en las 23 primeras horas
Puesto: 3º
Penalizaciones: 1 (15minutos)
martes, 10 de junio de 2008
Luchon Bayona 2008: La crónica
Este año he venido con Jaime, un amigo de la Bilbaina, pero dentro de la expedición de un grupo numeroso de cicloturistas del Iurreta, T.E. y con el que me une una cierta amistad. Además, a última hora se ha unido a nosotros otro ilustre cicloturista catalán, Rafa Vallbona, que me ha pasado algunas fotos para este post y del que podéis leer sus crónicas en su propio blog http://www.eltourmalet.blogspot.com/.
La cena en Luchon ha sido memorable, pues hemos improvisado un pic-nic bien surtido de viandas (la condición de vascos hay que hacerla notar en cualquier circunstancia) dentro del mismísimo quiosco de música del parque de Luchon protegidos de la lluvia que a ratos trata de minar nuestra moral. Después, una cervecita y a dormir, que la salida es muy temprano.
Un buen desayuno, las últimas decisiones sobre la logística, un ratito de cola para sellar el cuaderno de ruta en la salida y allá vamos. Unos cientos de metros para calentar por las calles de Luchon y comienza el Peyresourde. Hace fresco pero no llueve, aunque el cielo no da mucha tranquilidad en que no lo vaya a hacer más adelante.
El Peyresourde sirve para estirar el pelotón, y cada participante vamos eligiendo nuestro ritmo. Esta es una marcha para ciclistas diesel, no sirve de nada correr mucho ahora si después nos estrellamos contra las rampas del Tourmalet o del Aubisque, hay que saber regular y sufrir, por eso la media de edad de los compañeros que vemos en la ruta es más alta que la que se ve en otras marchas.
Disfrutando lo que se puede del paisaje, corono el Peyresourde. Nos sacamos las obligadas fotos junto al mojón y nos abrigamos un poco para bajar a Arreau. Enseguida me doy cuenta de que me he abrigado demasiado poco, pues en la cima sólo había 5ºC y el descenso es helador, tanto que hasta bien entrada la subida al Aspin, segundo del día, no se me descongelan los dedos de las manos.
El Aspin nos depara siempre sensaciones parecidas al Peyresourde, pues son subidas de similar dificultad, aunque el paisaje varía un poco. Ahora vamos dejando atrás el valle con Arreau casi siempre a la vista. La carretera es más estrecha y más curveada. Llego arriba y no veo tantas vacas como suele haber habitualmente. Será porque este año la marcha es demasiado temprano en el calendario. La temperatura en la cima es de 7ºC, cojo más ropa que antes y bajo un poquito mejor hasta Ste. Marie de Campan, donde hay un pequeño atasco y además no puedo coger agua de la famosa fuente pues sale muy turbia.
La ascensión del Gigante
La explicación al atasco la tiene el hecho de que hoy coincidimos con el día en el que suben la estatua del Gigante del Tourmalet (figura que complementa el monumento de la autopista) de su refugio invernal en Bagneres de Bigorre a su ubicación estival en la cima del famoso puerto. Y acompañando a la estatua se organiza una ascensión en bicicleta encabezada por el gran campeón francés Laurent Fignon.
Así que, con más animación si cabe voy subiendo el Tourmalet poquito a poquito. La temperatura se va recuperando en esta primera parte, pero ya arriba, tras pasar La Mongie, el frío vuelve a reinar y la última curva la pasamos entre dos muros de nieve que me recuerdan a las imágenes del Galibier en el Giro de Italia.
Arriba hay que sellar el libro de ruta y la Gendarmería trata de poner orden entre tanto coche. Hoy el Tourmalet recuerda la animación que tiene cuando el Tour lo atraviesa, y hay una banda de música y un grupo de cantantes con trajes típicos que animan muchísimo el ambiente, tanto que hasta nos calientan algo más que los 7ºC que tenemos.
Aprovecho para tomar un té bien azucarado en el Bar, donde un sorprendentemente simpático Laurent Fignon se hace una foto con nosotros, y luego ya descendemos a Luz, donde la temperatura es más llevadera y podemos parar a comer un ratito.
De Luz se forma un pelotón numeroso hasta el pie del Aubisque, aunque luego todos nos desperdigamos a lo largo de esta interminable ascensión. El control del Soulor nos sirve para comer un poco y para dejarnos helados, pues se pone a llover y la temperatura empieza a descender. Atravieso el Circo de Litor, la parte más bonita de toda la marcha, medio helado, aunque por lo menos hay visibilidad, lo que permite que no nos despeñemos por los barrancos y que disfrutemos un poco de las vistas.
Luego, ya subiendo la parte final del Aubisque, la niebla impide ver nada y casi ni me paro en la cima por no quedarme más frío aún.
En el tramo que baja a Gourette, el termómetro cae hasta los 4ºC, lo que unido a la niebla y a las gotas de llovizna hacen que el descenso del puerto, cómodo cuando está seco y hace calor, sea un pequeño suplicio. Pero finalmente nos reagrupamos en Laruns y salimos ya del Círculo de la Muerte.
Ya para nosotros sólo queda rodar hasta Oloron, donde, tras casi 200 km y 4.615 m de desnivel salvados, damos por finalizada la primera etapa. Mañana será otra historia.
Hasta Bayona
Esta noche he dormido mejor, y como en el Hotel no nos daban de desayunar a la hora que pretendíamos pues hemos dormido una hora más.
Salimos ya en bici con un tiempo agradable hacia el centro de Oloron y tardamos un rato en dar con el control para el sello. Luego ya vamos rodando agrupados todo el rato con algunos repechos hasta el pie del Osquich.
En la cima está el último control y un avituallamiento. Ya creemos que está hecho lo más duro pero no, el recorrido tiene unos cambios y nos depara una desagradable sorpresa todavía.
El descenso de Osquich es muy rápido y, supuestamente, desde allí ya se rueda por zonas con repechos pero sin más historia. Pero al llegar al cruce que va a Hasparren una flechas indican que sigamos. Tras un pequeño debate de por dónde seguir, una parte del grupo (uno para ser exacto) va por donde indica el libro de ruta y el resto vamos por donde indican las flechas. Y cuando estamos en pleno descenso de un repecho hay unas nuevas flechas que nos obligan a un giro peligroso a la derecha y la ruta ahora nos hace ir por una zona de carretera estrecha, entre caseríos que nos recuerda a las clásicas del norte y que nos conduce a un repecho terrible de unos dos kilómetros en el que debemos meter todo el desarrollo. Es un repecho terrible por lo inesperado y por la pendiente.
Luego nos cuesta reagruparnos y los 30 km siguientes son una sucesión de repechos, por suerte no tan duros como éste.
Menos mal que luego ya los últimos 30 km hasta Bayona son más llevaderos y a un ritmo rápido pero soportable llegamos por fin a la sede del Aviron Bayonais tras 133 km y otros 1.430 m de desnivel que dejan en 6.045 el desnivel total del recorrido de este año, el mayor de todas las ediciones según nos explican.
¡Qué placer es comerse tres bocadillos de panceta frita uno detrás de otro! ¡Y qué placer la ducha caliente! Pero lo más placentero de todo es la sensación que te deja el terminar la Luchon Bayona, aunque tengas el cuerpo machacado.
lunes, 9 de junio de 2008
Luchon Bayona 2008: A modo de introducción
A modo de introducción
“En la montaña el ciclista no se enfrenta solamente al relieve, está entregado a sí mismo y toma conciencia de su terrible soledad”.
Esta cita de Henri Desgrange, uno de los padres del Tour de Francia, se materializa en nuestras propias carnes cuando participamos en la mítica etapa pirenaica entre Luchon y Bayona. Allí, mientras ascendemos uno tras otro los puertos que conforman el “Círculo de la Muerte”, como lo denominaban los primeros ciclistas del Tour que se enfrentaron a estos colosos, sentimos que, a pesar de ser unos cientos los cicloturistas que ascendemos a diferentes ritmos por la carretera, estamos realmente solos con nuestra propia conciencia de nuestro ser, de nuestro sufrimiento, de nuestras carencias. Allí, curva tras curva, kilómetro tras kilómetro, al margen de que a nuestro lado sintamos a otros como nosotros y hablemos con ellos de vez en cuando, eres tú mismo quien ha de pasar por ello. Nadie te puede ayudar, nadie te puede aliviar de un peso que, puerto tras puerto, se va haciendo cada vez mayor y que, bien lo sabes, sólo se alivia cuando llegas a Bayona y entonces sí puedes decir que has cumplido tu sueño, que sabes algo más de aquellos ciclistas de la leyenda, que ya eres parte de los Pirineos ciclistas.
Y fue otro ciclista, éste de los tiempos actuales, un pequeño escalador italiano llamado Leonardo Piepoli, quien en una entrevista dijo: “Al final eres tú, una bicicleta y un puerto que te espera”. Y mientras yo voy tomando conciencia de mi propia soledad en cada uno de los puertos de la etapa, no dejo de pensar en la gran mentira de Piepoli, pues no es un puerto el que te espera, sino que es uno, y luego otro, y luego otro, y luego otro, y luego otro, y luego otro... ¡Je! Si sólo fuera uno...
Y puestos ya a citar y a recordar el pasado (algo inevitable cuando participas en la Luchon Bayona, que no es sino un monumento al pasado del ciclismo), no puedo dejar de pensar en aquel periodista de L’Auto, Alphonse Steines, quien envío el famoso telegrama a su periódico tras haber sido dado por desaparecido entre la nieve del Tourmalet en abril de 1910 y en el que escribió eso de “Tourmalet pasado. Stop. Muy buena ruta. Stop. Perfectamente practicable. Stop”. ¡Qué ironía! Si en vez del entusiasta y optimista Steines, el enviado hubiese sido un periodista pusilánime y acobardado quizás hoy en día no estaría yo escribiendo una crónica de mi participación en esta marcha que conmemora aquella primera etapa de montaña del Tour de Francia que tuvo lugar el 21 de julio de 1910.
Pero Steines era valiente, optimista y un amante de la aventura. Y algo de ese espíritu se nos debe de pegar a los cicloturistas que afrontamos un recorrido de 326 km con los puertos de Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Soulor, Aubisque y Osquich, para poder hacerlo, aunque sea en dos días, como ha sido mi caso este año. Es cierto que lo suyo, lo mítico, es hacer el recorrido de un tirón, pero ese objetivo ya lo culminé hace unos años y en esta ocasión he preferido sufrir un poco menos. Ya sé que no es lo mismo, pero...
De aquel año 1910 podemos recordar que fue Octave Lapize, ganador final del Tour, quien ganó la etapa al sprint a Albini. Su tiempo fue de 14 horas y 10 minutos. Sólo 10 corredores de 59 llegaron dentro del control. Lapize dejó para la historia en el Aubisque su acusación de “asesinos” a los organizadores, y siempre que paso por ahí me acuerdo de él.Y fue en 1932 cuando cuatro fanáticos amantes de la bicicleta y del Tour de Francia decidieron emular a sus ídolos: Calanne, Janot, Duffaurel y Lapouble completaron la primera Bayona - Luchón cicloturista. Y desde entonces hasta hoy se viene organizando esta grandísima epopeya cicloturista. Un verdadero mito.