Lasaitasuna, tranquilidad, sosiego, quietud.
Esta imagen del ocaso sobre el Lago de Banyoles que tomé en mi pasada transpirenaica en bicicleta, mientras paseaba antes de cenar el día previo a la última etapa del viaje, creo que resume lo que he podido encontrar estos días sobre la bicicleta a lo largo de casi 900 km: tranquilidad.
Pese a que en muchos momentos de la ruta cuando viajas con mucho peso y solo, las cuestas se te hacen duras; pese a que el calor te aplasta en ocasiones, o un chubasco te incomoda más de la cuenta; pese a que una molestia te torture durante unos kilómetros; al final de todo sólo recuerdas esa tranquilidad que te da hacer un viaje sin prisas, sin tener que acordar con nadie más si te paras a comer aquí o allá.
Los Pirineos, como todas las montañas, nos ofrecen ese marco ideal para relajarnos cuando lo necesitamos. Un bonito paisaje es una buena medicina para todo, y en una semana atravesando nuestra cordillera tenemos muchas dosis para recuperar la fuerza vital que todos necesitamos.
Zaila da batzutan lasaitasunaz bizitzea, beraz, gozatu behar ditugu bizitzak ematen dizkigun uneak.
Sin prisas, por favor.
2 comentarios:
precioso viaje , dan ganas de coger una bici e intentarlo, aunque las probabilidades de acabar la primera etapa son remotas.
saludos
eva
Todo es cuestión de adaptar las etapas a cada uno. Por ejemplo, para los menos en forma o que quieran ir más tranquilos se puede hacer el viaje en diez etapas en lugar de en siete, o en más, adaptando el esfuerzo y la media a lo que cada uno pueda hacer sin sufrir, pues no es cuestión de pasarlo mal ni siquiera un momento.
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